Atenas, 5 ago (EFE).- El ministro de Finanzas griego, Yorgos
Papaconstantinu, mostró hoy su optimismo tras superar el examen
económico de los expertos de la Unión Europea (UE) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI), pero reconoció que aún existen
desafíos por delante.
El ministro calificó de "totalmente positivo" el dictamen de los
inspectores que concluye que las reformas en Grecia van bien, pero
aún persisten "importantes riesgos y retos", como una inflación
galopante que ha obligado a subir el promedio anual previsto al
4,75% desde el inicial 1,5%.
También confirmó que el segundo tramo de la ayuda internacional,
por valor de 9.000 millones de euros, llegará en septiembre, después
de un primer desembolso de los socios de la eurozona y el FMI en
mayo por valor de 20.000 millones.
A cambio de esos créditos dentro de un paquete total de 110.000
millones Grecia tuvo que adoptar un duro plan de austeridad que ha
reducido los salarios de los funcionarios públicos y las pensiones,
y ha aumentado los impuestos sobre el tabaco el alcohol y los
carburantes, además de incrementar el IVA en cuatro puntos
porcentuales.
En una rueda de prensa que se retrasó más de dos horas por un
aviso de bomba que resultó falso, el responsable de Finanzas quiso
remarcar que los inspectores redactaron sólo un informe técnico que
no supone "nuevas medidas ni un nuevo memorando (de actuación)".
Expresando su alivio por la valoración positiva, Papaconstantinu
concluyó que el "primer ciclo" de reformas se cerró, pero reconoció
que quedan "desafíos por delante".
Entre los frentes abiertos que pueden entorpecer el saneamiento
económico destacó la caída de la recaudación fiscal y el incremento
de los gastos públicos en el sector sanitario, la seguridad social y
la administración local.
Esa caída de la recaudación va de la mano de unas cifras de
contracción económica del 4% en 2010 y del 2,5% en 2011, con la
vuelta a la senda de un moderado crecimiento en 2012.
Papaconstantinu coincidió con los expertos de la UE y el FMI en
la necesidad de privatizar la Organización de Ferrocarriles
Helénicos (OSE), que cuesta al Estado más de 1.000 millones de euros
anuales.
Por el contrario, desmintió tajantemente la posibilidad de
privatizar la Corporación Pública de Electricidad (DEI), una de la
medidas que la prensa afirmaba que exigían los inspectores
internacionales, y dijo que se buscarían otras soluciones como la
cooperación con la empresa privada.
También reiteró que no habrá despidos en entes públicos
endeudados, explicando que se afrontará la situación con traslados
de personal y fusiones para abaratar costes.
El titular de Finanzas subrayó que la reducción del abultado
endeudamiento de las cuentas públicas va mejor de lo esperado, con
un déficit previsto que alcanzará a finales de año el 8,1% desde el
13,8% en 2009.
Por su parte, los expertos internacionales recalcaron en otra
comparecencia en Atenas que el Ejecutivo debe de acelerar las
reformas previstas con el fin de mejorar la competitividad de la
economía helena.
"A pesar de considerables avances en un amplio número de áreas,
existen todavía desafíos y riesgos", indicó Servaas Deroose,
subdirector de asuntos económicos y financieros en la Comisión
Europea (CE).
Entre las asignaturas pendientes que deberá superar Grecia en los
próximos meses, los inspectores destacaron el control del gasto de
las autoridades locales y del sistema sanitario y la lucha contra la
evasión fiscal, algo en los que coincidieron con Papaconstantinu.
Después de alabar la "histórica" reforma del sistema de
pensiones, los funcionarios internacionales alentaron a una pronta
reestructuración de otros sectores, como las compañías públicas
deficitarias y la apertura a la competencia de profesiones
"cerradas", como la abogacía, los taxistas, transportistas y
farmacéuticos. EFE