Ginebra, 19 ago (EFE).- Oslo, Zúrich, Copenhague, Ginebra y Tokio
son las ciudades más caras del mundo, pero también aquellas donde
los salarios son más altos, según un estudio realizado por el banco
UBS entre 73 ciudades internacionales.
El informe se basa en el análisis de una cesta de 122 bienes y
servicios, y según éste, los habitantes de esas cinco ciudades pagan
de media un 20 por ciento más que en otras ciudades de Europa
Occidental para comprar los mismos bienes y servicios.
En el extremo opuesto, Kuala Lumpur, Manila, Delhi y Bombay son
las ciudades más baratas.
El estudio también incluye una comparación de salarios, y así,
los empleados en Copenhague, Zúrich, Ginebra y Nueva York tienen los
sueldos brutos más altos, y en cuanto a los salarios netos, dos
ciudades suizas, Zúrich y Ginebra encabezan el ránking, por contar
con un nivel salarial bruto "excepcionalmente" elevado combinado con
un nivel relativamente bajo de retenciones.
En contraste, el empleado medio en Nueva Delhi, Yakarta, Manila y
Bombay gana menos de una quinta parte del sueldo por hora de un
suizo.
El estudio muestra, además, que los precios en Europa Oriental y
Occidental han convergido poco a pesar de la ampliación de la
ampliación de la UE en 2004.
Una cesta de 95 bienes y 27 servicios es un 35 por ciento más
barata en las ciudades de Europa del Este miembros de la UE que en
las del Este.
Y los trabajadores de las ciudades de Europa occidental reciben
salarios brutos más de tres veces mayores que los de sus colegas del
Este.
Los ingresos más bajos se dan en Bucarest y Sofía, y el nivel de
salarios de Rumanía y Bulgaria, que entraron a la UE en 2007 es
comparable al de Colombia o Tailandia.
Para ilustrar el poder de compra, UBS ha calculado cuánto tiempo
de trabajo se necesita para comprar un iPod Nano.
Un asalariado medio de Zúrich o Nueva York necesitaría nueve
horas de trabajo, mientras al final de la clasificación, un
trabajador de Bombay necesita un mes de salario.
El estudio muestra que los alimentos más caros se venden en
Tokio, Zúrich y Ginebra. EFE