París, 19 feb (EFE).- La huelga de los trabajadores de las seis
refinerías de Total en Francia desencadenó hoy el parón progresivo
de todas las instalaciones en protesta por el fin de la actividad de
la planta de Dunkerque y suscitó inquietud por la posibilidad de
escasez de aprovisionamiento en los próximos días.
La dirección de Total confirmó que el paro que se había iniciado
días atrás "se ha endurecido" y que ha tenido que poner en marcha el
procedimiento para la paralización de la actividad en los complejos
de Gonfrevill-L'Orcher, Donges, Grandpuits, Feyzin, La Mède y
Dunkerque.
En el caso de este último, las protestas perduran desde hace un
mes pese a que la empresa tuvo que dar marcha atrás en el anuncio de
que tiene intención de dejar de utilizar la planta para refinar, por
la presión del Gobierno, e indicar que aplazaba unas semanas la
presentación de sus planes.
Desde el Gobierno, precisamente, la primera reacción hoy fue
tratar de tranquilizar por las consecuencias de la movilización, y
así la ministra de Economía, Christine Lagarde, aseguró que "no hay
riesgo de escasez" de carburante y que no se debe utilizar ese
argumento en el conflicto.
El ministro de Industria, Christian Estrosi, indicó en un
comunicado que esta mañana estuvo hablando con el presidente de
Total, Christophe de Margerie, para recordarle que para el Ejecutivo
francés está descartado que se pueda cerrar la refinería de
Dunkerque o cualquier otra del país.
Estrosi también instó a De Margerie a hacer una declaración
pública "para tranquilizar y mostrar la voluntad resuelta de Total
de cumplir con sus compromisos" de "no cerrar" el complejo de
Dunkerque mientras no pueda "proponer un proyecto alternativo" y
"garantizar un empleo de igual competencia" a sus trabajadores.
Las seis refinerías de Total representan en torno a la mitad de
la capacidad de refino instalada en Francia donde, según la Unión
Francesa de Industrias Petrolíferas (UFIP), en los depósitos de
carburante hay reservas para entre 10 y 20 días de consumo.
La UFIP precisó que el riesgo sería que se generara el pánico
entre los consumidores y acudieran masivamente a comprar combustible
a las gasolineras. EFE