Estrasburgo (Francia), 16 sep (EFE).- El Parlamento Europeo
consideró hoy que los líderes del G-20 deben tratar de avanzar en la
próxima cumbre de Pittsburgh hacia una reforma en profundidad del
sistema financiero global y no centrarse sólo en detalles como las
remuneraciones en el sector bancario.
El pleno de la Eurocámara celebró hoy un debate, en el que la
ministra sueca de Asuntos Europeos, Cecilia Malmström, y el
comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín
Almunia, expusieron sus objetivos ante la reunión que se celebrará
en Pittsburgh los próximos 24 y 25 de septiembre.
Esta discusión precede al encuentro que mañana celebrarán los
líderes de los Veintisiete en Bruselas para pactar una posición
común con la que acudir a la localidad estadounidense, donde, por
tercera vez en el último año, los líderes de las principales
economías del mundo buscarán soluciones a la crisis.
El objetivo de la presidencia sueca de la UE, recordó Malmström,
es que los socios europeos del G-20 hablen en Pittsburgh con una
sola voz sobre el proceso de retirada de los estímulos
extraordinarios para hacer frente a la crisis, los sueldos a los
ejecutivos bancarios y la lucha contra el cambio climático.
La ministra sueca incidió en que la cooperación internacional
puede contribuir a la recuperación y estabilización de la economía,
un proceso ya iniciado pero todavía incierto, y resaltó que Europa
debe seguir liderando los cambios.
Hasta ahora, prosiguió Malmström, el G-20 ha logrado resultados
importantes, para sacar a la economía de la recesión, gracias a las
cuantiosas inyecciones de dinero público, y para mejorar la
reglamentación financiera, aunque reconoció que "queda mucho por
hacer".
Malmström se refirió a las remuneraciones en el sector bancario y
abogó por establecer "estructuras razonables" que no incentiven la
asunción excesiva de riesgos.
Por su parte, Almunia hizo hincapié en que la actuación del G-20
y los compromisos alcanzados hasta ahora han servido para evitar una
recesión aún más profunda y para sentar las bases de un sistema
económico y financiero "que evite la repetición de los
desequilibrios y excesos que condujeron a la situación actual".
Así, recordó que primero se acordó acometer importantes planes de
reactivación -en el caso europeo, por un importe cercano al 5,5% del
PIB de la UE- que, unidos a la política monetaria y las ayudas a la
banca, detuvieron "la caída libre de la economía" e impulsaron la
reactivación.
Esas medidas se mantendrán mientras sea necesario, aunque también
hay que empezar a pensar, advirtió, en cómo y cuándo ponerles fin.
En paralelo, destacó el comisario, se ha diseñado una ambiciosa
agenda de reforma del sistema de supervisión y regulación
financiera, "tras décadas dominadas por la desregulación".
Almunia consideró que Pittsburgh debe enviar un claro mensaje
disuasorio, para "que nadie piense que, una vez pasado lo peor,
pueden volver a las prácticas anteriores que generaron la crisis".
Almunia aludió, en este contexto, a la cuestión de los sueldos
bancarios, a los que habría que imponer algunas reglas, para no
poner de nuevo al sistema en peligro.
Pero la mayoría de eurodiputados que intervinieron en el debate
restaron importancia al tema de las remuneraciones -algo de lo que
han hecho bandera algunos líderes europeos, principalmente el
presidente francés, Nicolas Sarkozy- y reclamaron cambios de mayor
calado del sistema financiero internacional.
Desde el Grupo Socialista, la francesa Pervenche Berès dejó claro
que el problema va más allá de la cuestión de las primas y abogó por
"un cambio total del sistema" para hacerlo más democrático.
En la misma línea, la conservadora británica Kay Swinburne dijo
que hay que centrarse en diseñar un marco regulatorio adecuado y en
lograr más coordinación internacional "y no tanto en los bonus"
Desde el PPE, apoyaron el debate sobre las remuneraciones a los
directivos de banca -"es necesario, aunque no suficiente", recalcó
el español José Manuel García-Margallo-, pero incidieron en que
hacen falta nuevas estructuras para controlar el sistema financiero
mundial. EFE