Carlos Serrano-Conde
Madrid, 8 ago (EFE).- Los últimos datos que se han ido conociendo
acerca de la economía estadounidense han dado nuevas esperanzas al
resto del mundo, que aguarda expectante a que se confirme que el fin
de la recesión está ya cerca.
Ayer se conoció que el desempleo cayó una décima en julio, hasta
el 9,4 por ciento, en contra de lo que esperaban todos los mercados,
que contaban con que subiría hasta el 9,6 o el 9,7 por ciento de la
población activa.
El dato, que refleja la primera bajada del desempleo
estadounidense desde abril de 2008, tuvo un inmediato reflejo en
Wall Street, que celebró la buena noticia con ganancias que
permitieron una subida del 1,23 por ciento.
Aún así, Estados Unidos sigue destruyendo puestos de trabajo. En
el segundo trimestre ha perdido una media de 436.000 empleos
mensuales, cifra que mejora los cerca de 700.000 del primer
trimestre y que al mismo tiempo también es mejor de la que esperaban
los analistas.
El presidente de EEUU, Barack Obama, reclamó para su Gobierno el
mérito de haber rescatado al país del colapso y dijo que hay signos
de que "lo peor puede estar ya superado".
También se ha sumado a este prudente optimismo la OCDE, que
percibe "señales más fuertes de mejora de las perspectivas" sobre
las principales economías del planeta.
La organización observa en Francia e Italia fuertes signos de
recuperación, y en Canadá, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos
constata un cambio de tendencia hacia la recuperación.
No se quedan atrás otros gigantes económicos, como China o la
India, que también caminan ya hacia una etapa de crecimiento.
Esos indicios de recuperación no evitan los malos resultados de
algunas grandes corporaciones, como la hipotecaria estadounidense
Fannie Mae, que perdió 37.922 millones de dólares en la primera
mitad del año, lo que la ha obligado a pedir ayuda para mantenerse a
flote.
Por el contrario, la aseguradora AIG consiguió en el segundo
trimestre del año su primer beneficio en casi dos años, si bien es
cierto que en el cómputo de los seis primeros meses, la cuenta de
resultados sigue en números rojos.
Ambas empresas fueron rescatadas por el Gobierno estadounidense
el año pasado y recibieron fondos federales.
En Europa, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, pronosticó
el jueves que la actividad económica continuará siendo débil en lo
que resta de año.
En 2010, después de lo que definió como una fase de
estabilización, se producirá una recuperación gradual en la que
podremos ya ver tasas de crecimiento intertrimestral positivas, en
su opinión.
Aún así, el BCE no quiere lanzar las campanas al vuelo e insiste
en que, pese a que las últimas encuestas indican que la contracción
de la economía se ralentiza, persiste un elevado grado de
incertidumbre.
Por eso, haciendo gala una vez más de su habitual prudencia, el
Banco Central Europeo decidió mantener los tipos de interés en el 1
por ciento, a la espera de nuevas señales sobre la recuperación y la
evolución de los precios en la zona del euro. EFE