Lima, 6 ene (EFE).- Perú registró en 2009 una cosecha de unos
4,10 millones de quintales de café, un 22 por ciento menos que en
2008, período en que se cosechó unos 5,25 millones de quintales, a
pesar de una mayor demanda internacional, informaron hoy fuentes del
gremio caficultor.
El presidente de la Junta Nacional del Café, César Rivas Peña,
explicó que en 2009 hubo "una demanda mayor que nuestra oferta, para
sustituir al café colombiano, pero que lamentablemente no pudimos
atender por la baja productividad de nuestros cafetales".
En 2009 también se vendieron 3,9 millones de quintales (20 por
ciento menos que el año anterior) por un valor total de 520 millones
de dólares, cifra muy por debajo de los 643 millones de dólares
generadas por la venta exterior de este grano en 2008.
Rivas manifestó que en 2010 se ejecutarán inversiones por más de
25 millones de dólares en mejorar la productividad e
industrialización del café peruano para poder "mejorar el producto
final con destino a exigentes mercados de Europa, Estados Unidos y
Asia".
Perú exportó en 2009 café a 45 países, entre los que se destacan
Alemania, Estados Unidos, Colombia y Bélgica.
El presidente de la Junta confió en que en 2010 los caficultores
tengan una cosecha alta, cercana a los 6 millones de quintales de
café verde o exportable.
"Este volumen de cosecha nos alienta a estimar exportaciones
superiores a los 5 millones de quintales, por un valor de 650
millones de dólares", señaló.
Rivas también alertó que la devaluación del dólar prevista para
este año afectará a los exportadores de café, entre otras
dificultades que afrontará el sector.
El café peruano, fuente de vida de dos millones de campesinos, se
cultiva en las estribaciones del bosque tropical o "cejas de selva",
entre los 800 y 2.000 metros de altura, en la vertiente oriental de
los Andes.
Perú aspira a lograr la fama del café costarricense, el
colombiano o el etíope, ya que puede jactarse de ser el mayor
productor de las variedades "orgánicas" de este producto, el que más
se comercializa en el mundo tras el petróleo. EFE