Teresa Bouza
Washington, 1 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama,
presentó hoy una propuesta presupuestaria para el año fiscal 2011
que busca crear empleos y reducir el déficit, un doble objetivo que
los expertos consultados por Efe consideran difícil de alcanzar.
La propuesta por 3,8 billones de dólares que la Casa Blanca envió
hoy al Congreso prevé que el déficit alcance un récord histórico de
casi 1,6 billones de dólares durante el presente año fiscal.
La cifra equivale al 10,6 por ciento del Producto Interior Bruto
(PIB), un dato que no se alcanzaba desde finales de la II Guerra
Mundial, cuando Harry Truman (1945-1953) ocupaba la presidencia.
Obama ha insistido en que el actual ritmo de endeudamiento es
insostenible y propone en sus presupuestos iniciar una reducción
sostenida de los números rojos.
La senda de la "responsabilidad fiscal" arrancaría en el año
fiscal 2011, cuando la residencia oficial estadounidense proyecta un
déficit de casi 1,3 billones de dólares, el 8,3 por ciento del PIB.
A partir de ahí, el agujero en las cuentas públicas se iría
reduciendo hasta quedar en el 3,9 por ciento del PIB en el 2014,
tras lo que volvería a repuntar, lo que implica que la Casa Blanca
no logrará el déficit del 3 por ciento que perseguía para el 2015.
Los expertos contemplan las proyecciones de reducción de déficit,
empezando con la más inmediata del año fiscal 2011, con una buena
dosis de escepticismo.
"Washington está repleto de soñadores tanto en el bando demócrata
como republicano", dijo a Efe Joel Naroff, presidente de la
consultora Naroff Economic Advisors.
"Los demócratas quieren crear trabajo de inmediato y han ofrecido
incentivos fiscales a las empresas, lo que cuesta dinero, pero al
mismo tiempo quieren recortar el déficit", indicó el experto.
"El objetivo de generar empleo y recortar el déficit es bastante
incompatible", concluyó Naroff, quien calificó la congelación en los
gastos gubernamentales discrecionales no relacionados con seguridad
como "insuficiente".
El extracto sobre el presupuesto divulgado a primera hora de hoy
por la Casa Blanca incluye un apartado titulado "decisiones
difíciles", en el que se incluye el recorte de los gastos
discrecionales, que permitiría ahorrar 20.000 millones este año y
250.000 millones en la próxima década.
Pero David Wyss, economista jefe de la firma de calificación de
riesgo Standard & Poor's, cree que la Casa Blanca no está tomando
suficientes decisiones difíciles.
"Es un paso en la dirección correcta, pero para reducir de verdad
el déficit hay que tomarse más en serio lo de reducir el gasto y
aumentar los impuestos", explicó a Efe Wyss.
El economista valoró como positivo el que Obama haya decidido no
renovar los recortes fiscales que el Gobierno de George W. Bush
aprobó para los hogares con ingresos de más de 250.000 dólares.
La Casa Blanca espera que esa decisión genere ingresos fiscales
por valor de 678.000 millones de dólares en los próximos diez años.
Aun así, el optimismo no era hoy, definitivamente, el sentimiento
imperante entre los que consideran prioritario atajar el déficit.
"Es deprimente el descubrir que no podemos aspirar a tener un
presupuesto equilibrado ni siquiera tras la recesión", dijo al
diario The Wall Street Journal Isabel Sawhill, experta en temas
presupuestarios del centro de estudios Brookings Institution.
El progresivo endeudamiento de EE.UU. comenzó con el último
Gobierno republicano y la famosa frase del ex vicepresidente Dick
Cheney de que el déficit no era importante.
La nueva política puso fin a los superávit de la presidencia de
Bill Clinton, dominada por los "rubinómicos", en honor al secretario
del Tesoro Rober Rubin, para quien un presupuesto equilibrado
ayudaba al florecimiento económico y a mantener bajos los tipos de
interés.
Bush, que dio luz verde a recortes fiscales por valor de casi dos
billones de dólares, hizo que el déficit se disparara a niveles
desconocidos, como los 454.800 millones de dólares del 2008.
La cifra, de todos modos, palidece frente a los casi 1,6 billones
previstos para el presente año fiscal, que reflejan el esfuerzo de
la Casa Blanca para capear la peor crisis económica en el país de
las últimas siete décadas. EFE