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Cabo San Lucas (México), 25 may (EFE).- La política turística
mexicana, que privilegia el desarrollo de enormes complejos
hoteleros en zonas apartadas, produce una "sobreexplotación" de
recursos naturales y el "colapso" de los ecosistemas, criticó hoy el
oceanógrafo Octavio Aburto.
El especialista mexicano, investigador del Instituto de
Investigación Scripps de Estados Unidos, explicó en entrevista con
Efe que el modelo de desarrollo turístico que se aplica en México
"en las últimas décadas consiste en escoger un punto y hacerlo
crecer hasta que consuma todos los recursos, para que años después
básicamente esas zonas se colapsen".
Las autoridades mexicanas impulsan la construcción de los
llamados Desarrollos Integrales, tal es el caso de destinos
turísticos como Cancún, Huatulco, Los Cabos e Ixtapa, donde se
planearon ciudadelas de hoteles, marinas, centros comerciales,
viviendas y campos de golf en zonas otrora despobladas.
"El gran problema que engloba todo es que no hemos entendido qué
es lo que queremos hacer para que se desarrollen las comunidades
costeras", indicó Aburto.
A juicio del experto, que desde mediados de los años noventa
lidera estudios en los mares de Baja California y Baja California
Sur o en ciudades turísticas como Cancún (Caribe mexicano), "todo el
sistema de playas conectado a humedales costeros como los manglares
ha sido totalmente trastornado, aunque lo quieran esconder las
autoridades".
Cancún, una ciudad creada apenas hace 40 años y en la que viven
700.000 personas, cuenta con más de 30.000 habitaciones de hotel y
es el principal destino turístico de México.
El año pasado, el Gobierno invirtió más de 70 millones de dólares
para recuperar unos 16 kilómetros de playas en Cancún, Cozumel y
Playa del Carmen, disminuidas por el paso de huracanes, para lo cual
se vertieron 6,1 millones de metros cúbicos de arena dragada del
fondo del mar.
"Ahora nos cuesta mantener lo que en teoría fue lo que se le
vendió al turista: playas paradisiacas y manglares", criticó Aburto.
"Ahora tenemos que pagar de los impuestos de la gente el dinero
para dragar bancos de arena, para que en la siguiente temporada de
huracanes desaparezca esa misma arena, porque los manglares que
detenían los vientos y prevenían que las playas se siguieran
erosionando fueron destruidos", sostuvo.
En Los Cabos (noroeste), una zona desértica en la Península de
Baja California, donde también hay miles de habitaciones de hotel,
los desarrollos turísticos han sobreexplotado los acuíferos
subterráneos y ese líquido "no está llegando a los sistemas costeros
ni a los sistemas marinos", denunció el experto.
Las investigaciones de Aburto y sus colegas científicos apuntan a
que en Los Cabos, cuando se presenta el fenómeno meteorológico de
"El Niño" (aumento de la temperatura del mar), los sistemas
desérticos alimentan a los marinos, lo que funciona al contrario
durante el fenómeno de "La Niña" (disminución de la temperatura).
Esas conexiones entre el ecosistema del desierto y del mar se han
"trastocado" a consecuencia de la sobreexplotación del agua
subterránea de la región, aseveró.
Finalmente, el oceanógrafo lamentó que las autoridades mexicanas
sigan otorgando permisos para construir megadesarrollos turísticos,
cuando "hay una serie de flagrancias a la ley ambiental" y "huecos
de información" y "barbaridades" en los estudios de impacto
ambiental, dijo. EFE