Teresa Bouza
Washington, 12 may (EFE).- Los senadores John Kerry y Joe
Lieberman presentaron hoy un esperado proyecto de ley de reforma
energética en EE.UU. que contempla las exploraciones petrolíferas en
alta mar, pero otorga a los estados costeros la capacidad de
vetarlas.
La esperada legislación se revisó en las últimas semanas a raíz
del derrame de petróleo en el Golfo de México, que amenaza con
convertirse en el peor desastre ecológico de la historia de Estados
Unidos y ha restado apoyo a las exploraciones mar adentro.
La catástrofe arrancó el 20 de abril tras la explosión de una
plataforma petrolífera operada por British Petroleum que se hundió
dos días después y que dejó abierto un pozo que escupe unos 800.000
litros diarios de petróleo a las aguas del Golfo.
Una encuesta realizada por Rasmussen la semana pasada muestra que
dos terceras partes de los votantes estadounidenses están
preocupados por el impacto medioambiental del derrame.
Además, la influyente división medioambiental del Grupo Pew pidió
el martes que se congelaran todas las exploraciones en aguas
profundas hasta que se establezcan "robustos y seguros estándares
medioambientales" y adujo que lo ocurrido en el Golfo de México
muestra "lapsos significativos" en la política estadounidense.
Con ese ambiente como telón de fondo, la nueva legislación, que
busca reducir en un 17 por ciento las emisiones de carbono para el
año 2020 y en un 80 por ciento para el 2050 frente a los niveles del
2005, ha suavizado la defensa de las exploraciones petrolíferas.
El Partido Demócrata, con mayoría en el Congreso, confiaba en que
la defensa de las exploraciones petrolíferas le ayudara a recabar
apoyo entre la oposición republicana, en una estrategia que se ha
visto radicalmente alterada por el accidente del Golfo.
La legislación presentada hoy concede a los estados la capacidad
de rechazar proyectos de exploración que estén a 120 kilómetros de
sus costas y también les permite vetar los planes de estados vecinos
si demuestran que un accidente tendría "un impacto adverso
significativo" en sus territorios.
Aquellos estados que opten por la exploración podrán recaudar un
37,5 por ciento de los ingresos federales que se generen.
En la actualidad el Departamento del Tesoro recibe los cánones
obtenidos por el Gobierno federal.
Más allá de las polémicas exploraciones petrolíferas, el proyecto
dice perseguir que EE.UU., uno de los países más contaminantes del
planeta, asuma un largamente postergado liderazgo en el terreno de
las energías limpias.
Las compañías eléctricas de EE.UU., las fábricas, refinerías y
vehículos expulsan cada año a la atmósfera unos 6,4 millones de
toneladas métricas de emisiones contaminantes, un nivel de polución
que sólo supera China.
"Podemos finalmente decir al mundo que EE.UU. está listo para
asumir su papel como el líder mundial en energías renovables",
afirmó Kerry, uno de los dos patrocinadores del proyecto.
Por su parte, Lieberman insistió en que el proyecto "generará
empleos y transformará la economía estadounidense", al incrementar
la independencia energética del país.
Pero más allá de esa declaración de intenciones existe consenso
en que la legislación afronta un futuro incierto en un año como este
en el que se celebran elecciones legislativas.
El nuevo proyecto de ley contempla también incentivos para
ampliar la generación de energía nuclear.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió a los líderes
mundiales durante la cumbre climática en Copenhague en diciembre del
año pasado que su país se tomaría en serio por primera vez la labor
de reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. EFE