Moscú, 9 nov (EFE).- El primer ministro ruso, Vladímir Putin,
consideró hoy justificadas las críticas de los inversores
extranjeros a raíz de las excesivas barreras burocráticas que
reglamentan el funcionamiento de la libre empresa en Rusia.
Putin presidió una sesión del Consejo Consultivo para Inversiones
Extranjeras adjunto al Gobierno ruso, durante la que directivos de
grandes compañías occidentales asentadas en Rusia criticaron el
rígido control del Estado y de los funcionarios sobre la economía.
James Turley, presidente de Ernst&Young y copresidente del citado
Consejo ruso, puso como ejemplo el caso de una compañía occidental
que levantó dos fábricas en otros países mientras esperaba durante
todo un año la autorización para abrir una planta similar en Rusia.
"Las criticas son absolutamente fundamentadas, estamos de acuerdo
con ellas", dijo Putin tras escuchar los reproches de los directivos
occidentales, que también lamentaron el penoso estado de las
infraestructuras rusas, en particular de transporte.
Según el primer ministro ruso, "la excesiva burocracia a la hora
de autorizar la apertura de un negocio o bien aprobar una inversión
(...) es un vestigio de la economía planificada (soviética), cuando
todas las decisiones se tomaban a nivel administrativo".
Putin aseguró que su Gobierno prepara una serie de medidas para
facilitar el funcionamiento de las empresas extranjeras en Rusia y
que no reducirá, no obstante la crisis económica, sus inversiones en
los proyectos de infraestructuras, según la agencia Interfax.
El jefe del Gobierno subrayó que las compañías representadas en
la reunión juntas han invertido en la economía rusa 90.000 millones
de dólares y aseguró que las autoridades harán lo posible por
mejorar el clima inversor y las condiciones de trabajo en el país.
Al referirse a la crisis, Putin dijo que "es temprano hablar de
su fin", pero se mostró "moderadamente optimista sobre la situación
económica en Rusia", y afirmó que el Gobierno continuará sus medidas
anticrisis, en particular para estimular el consumo interno. EFE