Pekín, 1 abr (EFE).- Las autoridades chinas reconocieron que se
habían recibido alertas de emergencia en la mina que se inundó en la
provincia norteña de Shanxi, dejando a 153 mineros que todavía
permanecen sepultados, pero que éstas fueron ignoradas, según
publicó hoy el periódico oficial "China Daily".
"Se debería haber ordenado una evacuación inmediata después de
que los gerentes recibieran informes de filtraciones de agua. La
respuesta debería haber sido mucho más rápida", lamentó Luo Lin,
director de la Administración Estatal de Seguridad Laboral.
El pasado domingo, el pozo de Wangjialing Coal Mine, cercano a la
ciudad de Linfen, sufrió un accidente que dejó atrapados a 153 de
los 261 obreros que trabajaban en su interior.
Según reveló Jiang Shijie, gerente de la explotación, los
trabajadores habían alertado hasta dos veces a los supervisores el
domingo por la mañana de las malas condiciones del subsuelo.
No obstante, otros mineros que salieron ilesos aseguraron que los
avisos se habían dado ya en días anteriores, cuando aparecieron las
primeras grietas.
"Encontramos goteras el 25 de marzo (jueves, tres días antes del
accidente) y las transmitimos a la gerencia, pero no dieron
respuesta", declaró un trabajador anónimo al "China Daily".
Cuatro días después del suceso, más de un millar de efectivos de
emergencia prosiguen las tareas de rescate de los picadores
atrapados por la inundación del pozo, que aún no han sido
localizados.
La explotación, de unos 180 kilómetros cuadrados y todavía en
construcción, es propiedad de la firma estatal Huajin Coking Coal
Co. y se calcula que tiene en su interior más de 2.300 millones de
toneladas de carbón.
Las minas chinas son las más peligrosas del mundo debido a la
precariedad de sus métodos de seguridad y a la sobreexplotación de
muchas de ellas, principalmente en invierno, cuando la demanda de
carbón para calefacción sube en todo el país.
Según datos oficiales publicados el pasado mes de enero, en 2009
fallecieron 2.631 trabajadores, lo que supone un descenso del 18,16
por ciento respecto a 2008. EFE