Ginebra, 18 ene (EFE).- Coleccionistas de relojes de todo el
mundo recalan esta semana en Ginebra con motivo de la celebración de
la Feria de relojería independiente, donde 38 firmas artesanales que
no pertenecen a los grandes conglomerados del sector exponen sus
piezas más exclusivas, con modelos que cuestan hasta 200.000 euros.
Las piezas de mayor valor se componen de relojes cubiertos
completamente de diamantes e impulsados por mecanismos conocidos
como "tourbillones", que compensan el efecto negativo producido por
la gravedad en la marcha del cronógrafo.
Según uno de los expositores, las grandes marcas ofrecieron este
tipo de reloj a un precio desproporcionado, aprovechando la bonanza
económica, cuando la relojería independiente lo vendía a menor
precio y con mayor calidad.
De acuerdo con Alexis Gouten, de la marca artesanal Badollet, la
inclusión o no diamantes carece de importancia, pues lo que cuenta
es "lo que hay dentro", su motor, lo que le hace moverse y su
complicación, y lo que "trae de nuevo" al mundo de los relojes.
Estos relojeros artesanos, que se resisten a vender su negocio a
las grandes corporaciones del sector, ofrecen mayor creatividad,
innovación y flexibilidad a clientes con dinero que ya tienen una
colección y quieren algo nuevo.
Sin embargo, tal y como declaró a Efe Nikolas Parser, de la firma
Cecil Purnell, los relojeros independientes "carecemos de
estructuras" para la mercadotecnia, que además "no es nuestra
intención", sino que al ser "más pequeños y más artesanales",
debemos centrarnos mucho en el producto, con todas nuestras piezas
"cien por cien suizas".
A este respecto, los organizadores de este salón destacaron que
la feria trata de ofrecer "mayor visibilidad" a las compañías más
artesanales, dado que cuentan con "menos medios" que otras grandes
marcas.
Así, la muestra alberga a relojeros con enorme tradición en el
sector, con compañías fundadas en 1630, y por familias de relojeros
que han ido transmitiendo su vocación de generación en generación,
así como a nuevas casas, que representan la relojería del siglo XXI.
Además, esta primera feria de relojeros independientes, que
permanecerá abierta hasta el próximo viernes, coincide esta semana
con la celebración en Ginebra del vigésimo Salón de la Alta
Relojería, con la presencia de varias de las mayores cadenas del
sector.
Así, la ciudad suiza se convierte estos días en la capital
mundial de los aficionados a los cronógrafos de lujo, pues los
organizadores del salón independiente de relojería esperan una
afluencia de 2.000 visitantes de todo el mundo. EFE
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