Pekín, 3 abr (EFE).- Las servicios de emergencia pudieron acceder
al pozo donde todavía permanecen 153 picadores atrapados en la
inundación de una mina en la provincia norteña de Shanxi ocurrida
hace seis días, aunque todavía no lograron establecer contacto
visual con los sepultados.
Según informó hoy la agencia oficial Xinhua, un grupo de trece
efectivos, que incluye media docena de submarinistas con cámaras
subacuáticas, se introdujeron en el pozo inundado para explorar
posibles vías de acceso a más profundidad, donde se cree que
permanecen los desaparecidos, y preparar una misión de rescate.
Ayer, el subdirector del Buró Geológico provincial del Carbón,
Pan Zengwu, anunció que los equipos de emergencia escucharon golpes
regulares a tuberías de acero, que procedían de las profundidades
del pozo.
Los rescatadores respondieron con más golpes a las tuberías y
mediante cables enviaron a las profundidades 300 bolsas de glucosa y
otros alimentos.
Cuando izaron los cables, las provisiones habían desaparecido y
hallaron enganchada una pieza metálica eléctrica, que se cree que
colgaron los supervivientes.
El pasado domingo el pozo de Wangjialing Coal Mine, cercano a la
ciudad de Linfen, sufrió un accidente que dejó atrapados a 153 de
los 261 obreros que trabajaban en su interior.
Según reveló Jiang Shijie, gerente de la explotación, los
trabajadores habían alertado hasta dos veces a los supervisores en
la mañana del domingo de las malas condiciones del subsuelo, aunque
mineros ilesos aseguraron que llevaban varios días advirtiendo de
las malas condiciones.
Los más de tres mil efectivos de rescate han conseguido bajar el
nivel de la inundación en 5,3 metros y extraen agua a un ritmo de
2.000 metros cúbicos por hora.
La explotación, de unos 180 kilómetros cuadrados y todavía en
construcción, es propiedad de la firma estatal Huajin Coking Coal
Co. y se calcula que tiene en sus entrañas más de 2.300 millones de
toneladas de carbón.
Las minas chinas son las más peligrosas del mundo debido a la
precariedad de sus métodos de seguridad y a la sobreexplotación de
muchas de ellas, principalmente en invierno, cuando la demanda de
carbón para calefacción sube en todo el país.
Según datos oficiales publicados el pasado mes de enero, en 2009
fallecieron 2.631 trabajadores, lo que supone un descenso del 18,16
por ciento respecto a 2008. EFE