Berlín, 28 oct (EFE).- El presidente del Eurogrupo y primer
ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, teme que el Pacto de
Estabilidad Europeo pueda tambalearse si Alemania no regresa a una
"política financiera sólida" en 2011.
"¿Cómo podrán explicar los jefes de Gobierno de Luxemburgo,
Bélgica o Austria sus políticas de ahorro a sus ciudadanos si
Alemania o Francia no se atienen a ello?", se pregunta Juncker en
una entrevista con el diario económico "Handelsblatt".
Con ello, el presidente del Eurogrupo alude a los planes de la
canciller Angela Merkel de combatir la crisis en su segunda
legislatura con rebajas fiscales y un mayor endeudamiento.
Se espera que Alemania alcance en 2010 un endeudamiento de cerca
de 90.000 millones de euros, el mayor de su historia.
El déficit se disparará en buena parte debido a los planes del
nuevo gobierno de centro-derecha, que jurará hoy en el cargo, de
llevar a cabo, como planea, rebajas o incentivos fiscales anuales
por valor de 24.000 millones de euros.
"En el acuerdo de coalición hay escaso foco sobre los elementos
de consolidación, mientras se da un enfoque demasiado fuerte a los
expansivos", dice Juncker en la entrevista.
Insiste en que la abultada deuda de Alemania, que actualmente
suma los 1,6 millones de euros, "constituye un problema".
No obstante, el presidente del Eurogrupo confía en que finalmente
el nuevo gobierno de Berlín no lleve a la práctica todo lo anunciado
en los últimos días -como resultado sobre todo de exigencias del
socio liberal- y deposita su confianza en el nuevo ministro de
Finanzas, Wolfgang Schäuble, ex-ministro del Interior y un político
veterano de solidez.
"Wolfgang Schäuble es, al igual que yo, de la opinión de que no
nos podemos seguir endeudando a las generaciones venideras. El
acuerdo de coalición me preocuparía mucho más si Schäuble no fuera
ministro de Finanzas", sostiene Juncker.
En la entrevista, el primer ministro luxemburgués no oculta su
interés por convertirse en el primer presidente del Consejo Europeo,
cargo que se creará una vez entre en vigor el Tratado de Lisboa, y
para el que suenan nombres como el ex primer ministro británico Tony
Blair, el primer ministro holandés Jan Peter Balkenende o el ex
presidente del Gobierno español Felipe González.
"Me intereso por el cargo, pero no lo quiero a cualquier precio.
Si me lo piden, no me negaría en redondo, pero no estoy dispuesto a
presidir una Europa de mínimos", dice Juncker, para añadir que "el
presidente del Consejo y el Alto Representante para la Política
Exterior sólo pueden hacer fuerte la Unión Europea si los países
miembros realmente lo quieren", algo que no ve del todo claro. EFE