Washington, 14 abr (EFE).- El presidente del Banco Mundial (BM),
Robert Zoellick, dijo hoy que hay que modernizar el organismo y el
sistema multilateral global para adaptarse a una realidad en la que
las etiquetas de "Primer" y "Tercer" mundo están ya desfasadas.
Aseguró que el año 2009, cuando la crisis económica y financiera
global golpeó con plena fuerza, supuso el fin de lo que hasta
entonces se había conocido como "Tercer Mundo".
"Vivimos en un mundo nuevo que evoluciona rápidamente y en el que
algunos países en desarrollo están emergiendo como potencias
económicas", subrayó durante un discurso en Washington.
"Las clasificaciones de Primer y Tercer Mundo, donante y
suplicante, dirigente y dirigido ya no funcionan", afirmó.
Las repercusiones, insistió, "son profundas", tanto para el
multilateralismo como para la acción global coordinada, las
relaciones de poder, el desarrollo y las instituciones
internacionales.
Mencionó como prueba de la nueva realidad que los mercados de
valores asiáticos representan ya el 32 por ciento de la
capitalización global, por encima del 30 por ciento de EE.UU. y el
25 por ciento de Europa.
Además, China superó el año pasado a Alemania como el primer país
exportador del mundo y superó también a EE.UU. con el mayor mercado
de automóviles del mundo.
A eso se suman las cifras de importación que cuentan una historia
reveladora: "El mundo en desarrollo se está convirtiendo en motor de
la economía global".
Apuntó, por lo demás, que la reciente crisis financiera puso de
manifiesto que el "multilateralismo importa" y citó, en ese sentido,
el importante papel desempeñado por el G20 durante la crisis.
"El G20 moderno nació de la crisis y mostró su potencial al
actuar rápidamente para apuntalar la confianza", recordó.
Alertó, por otro lado, del peligro de ver este nuevo mundo a
través del prisma del viejo G7, de los intereses del mundo rico.
"No podemos permitirnos una geopolítica a la antigua usanza",
destacó.
Insistió, de todos modos, en que el modernizar el
multilateralismo lleva acarreadas también responsabilidades para los
pujantes países emergentes.
"Los países en desarrollo tienen que reconocer que son parte
ahora de la arquitectura global", mencionó.
"Tienen un interés en sistemas saludables, dinámicos, flexibles
para las finanzas, el comercio, el libre movimiento de gente e
ideas, el medioambiente y las instituciones multilaterales
robustas", explicó.
Afirmó que "si las placas tectónicas están cambiando el
multilateralismo también tiene que hacerlo", empezando por la propia
institución que él dirige.
"Las instituciones gubernamentales y públicas tienden a ser más
lentas a la hora de cambiar que las organizaciones privadas que
afrontan competencia", dijo.
Aseguró reconocer ese riesgo y señaló que prueba de ello es el
hecho de que el Banco Mundial haya lanzado las reformas más amplias
en la historia de la institución.
"Un Banco Mundial modernizado debe representar las realidades
económicas del siglo XXI, al reconocer el papel y responsabilidad de
su miembros, pero también su diversidad y necesidades", apuntó.
Señaló, además, que ese nuevo BM debe dar una mayor voz a África.
Pidió en ese sentido a los accionistas del Banco que mantengan su
promesa de permitir que la participación de los países en desarrollo
en el organismo aumente hasta el 47 por ciento o más este mes.
Su discurso llega en vísperas de la reunión semestral conjunta
del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se celebrará la
próxima semana en Washington. EFE