Sao Paulo, 14 oct (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo hoy que su Gobierno estudia la posibilidad de aumentar los recursos económicos que el país aporta al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La mandataria mostró su oposición a las condiciones que el FMI impone a los países a los que destina fondos y dijo que Brasil usará su posición de acreedor en el organismo para evitar que se impongan duras condiciones a otras naciones que necesiten de ayuda.
"Jamás aceptaremos, como participantes del Fondo Monetario, que ciertos criterios que nos impusieron sean impuestos a otros países", apostilló la jefa del Estado, en un discurso en Porto Alegre, capital del estado meridional de Río Grande do Sul.
Rousseff afirmó que Brasil dio "un gran paso" cuando volvió a la senda del crecimiento económico, saldó con el FMI la deuda que había contraído y consiguió "liberarse" del organismo, que según ella se había inmiscuido en la política interna del país suramericano.
"Nunca voy a olvidar ese día en el Palacio de Planalto, con el presidente Lula (Luiz Inácio Lula da Silva) y el director gerente del FMI de la época, (Rodrigo) Rato, y aquel momento en el que pagamos lo que Brasil debía al Fondo y como con el paso del tiempo nos convertimos en acreedores", dijo.
El pago de la deuda demostró "un gran cambio" y representó un "gran momento de soberanía" para Brasil, según dijo la mandataria en una ceremonia de firma de un plan para reducir la pobreza en el sur del país. EFE