Madrid, 1 mar (EFE).- El grupo Sacyr Vallehermoso obtuvo un
beneficio neto de 506 millones de euros en 2009, frente a las
pérdidas de 256 millones registradas en 2008, algo que fue posible
gracias principalmente a las plusvalías obtenidas con la venta de su
filial de concesiones Itínere.
Las cuentas remitidas por la compañía a la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (CNMV) muestran un incremento de la cifra de
negocio del 8,9 por ciento, hasta 5.857,6 millones de euros,
impulsado por las ventas de suelo de la promotora Vallehermoso, así
como a la buena evolución de la actividad de concesiones.
Sin embargo, el beneficio bruto de explotación o Ebitda disminuyó
el 26,1 por ciento, hasta 450 millones, lo que la compañía explica
en la menor aportación del negocio promotor y en la desaceleración
de la actividad de construcción nacional.
La construcción aportó unos ingresos de 3.232,2 millones de
euros, el 7,6 por ciento menos, si bien la cartera de obra aumentó
el 29,6 por ciento, hasta 8.323,9 millones.
El área de promoción (Vallehermoso) facturó 2.024,4 millones, el
86,2 por ciento más, de los que 1.246,7 millones se corresponden con
ventas de suelo, lo que supone multiplicar por 12 la cifra obtenida
un año antes, mientras que la venta de producto residencial ascendió
a 769,1 millones, un 19,2 por ciento menos.
La cartera de preventas de viviendas era a 31 de diciembre de
637,5 millones.
En el área de concesiones, el incremento del 30,4 por ciento de
los ingresos, hasta 92,7 millones, responde al incremento de
tarifas, así como a la puesta en explotación de nuevas concesiones
El negocio patrimonial, que realiza a través de su filial Testa,
facturó de 270 millones, el 0,9 por ciento menos, de los que 256,4
millones proceden de ingresos por alquileres, el 3,2 por ciento
menos debido a la reducción de la superficie alquilable.
Los ingresos del negocio de servicios, desempeñada por la filial
Valoriza, se incrementaron el 6,9 por ciento, hasta 926,2 millones
de euros, gracias a la buena evolución de las actividades
relacionadas con la energía y con la gestión del agua, que crecieron
el 27 y el 7 por ciento, respectivamente.
Al cierre del ejercicio, la cartera de servicios era de 12.000
millones, el 8,7 por ciento más que un año antes.
De la facturación total, el 21,1 por ciento procede de la
actividad internacional (la mayoría de Portugal), un porcentaje que
el grupo espera seguir incrementando conforme se vayan
materializando los proyectos en cartera.
La deuda financiera neta de la compañía ascendía a final de año a
11.861 millones, el 18,3 por ciento menos que un año antes, gracias
a la desinversión en Itínere.
Del endeudamiento total, 5.010 millones corresponden al crédito
bancario que financia la inversión en el 20 por ciento de Repsol
YPF, una participación que el grupo sigue considerando estable a
largo plazo y que no piensa vender por debajo de "su valor en uso".
La participación de la petrolera se ha reconocido únicamente por
los dividendos devengados (232,1 millones), en lugar de consolidarla
en las cuentas, lo que habría supuesto una aportación mayor (312
millones). EFE