París, 15 feb (EFE).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se
dio hoy hasta septiembre para presentar una ley de reforma del
sistema de pensiones para intentar una concertación con los
interlocutores sociales, e insistió en que esa reforma es
imperativa.
"Si queremos salvar nuestro sistema de pensiones, no podemos
retrasar las decisiones", declaró Sarkozy al término de un encuentro
con los sindicatos y la patronal en el que no quiso dar detalles de
cuáles son sus propuestas para esa reforma.
Insistió en que "hay que dar tiempo al diálogo y al debate" y por
eso una vez que el Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un
órgano consultivo) presente su informe de evaluación de la situación
a comienzos de abril empezarán las conversaciones a tres bandas, que
se prolongarán "hasta agosto, si es necesario".
Este calendario evita la campaña electoral para los comicios
regionales convocados el mes próximo.
El jefe del Estado recordó que el régimen de pensiones acumula un
déficit de 30.000 millones de euros -se habla de un agujero anual de
10.000 millones- y que mientras hace 20 años había tres cotizantes
por cada jubilado, en unos años serán sólo 1,2 por pensionista.
Aunque no dio pistas sobre las medidas que quiere privilegiar
-diferentes miembros de su Gobierno ya se han pronunciado por
aumentar la edad de jubilación voluntaria actualmente a los 60 años-
garantizó que se mantendrá el sistema de reparto -las cotizaciones
de cada momento son las que pagan a los jubilados- y que no
disminuirán las pensiones.
El encuentro de hoy también sirvió para discutir de otros temas,
como el de los parados que han agotado su derecho a subsidio por
desempleo, sobre la que el Ejecutivo y los interlocutores sociales
discutirán en abril.
Sobre ese punto, Sarkozy dijo que "no se dejará a nadie tirado"
pero que "no se puede luchar contra la exclusión sólo con
asistencia", sino con "una formación remunerada" porque "uno se
reinserta en la sociedad con el trabajo". EFE
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