Buenos Aires, 10 oct (EFE).- Trabajadores de la filial argentina
de Kraft anunciaron hoy un nuevo plan de lucha para la semana
próxima al considerar que están "trabadas" las negociaciones con el
fabricante estadounidense de alimentos, con el que mantienen un
conflicto desde julio pasado.
El renovado plan de acción incluye cortes en la carretera que
bordea la planta que la empresa tiene a las afueras de Buenos Aires
y movilizaciones hacia la Plaza de Mayo, el Ministerio de Trabajo y
los tribunales, señaló el delegado sindical Ramón Bogado.
"Las negociaciones fracasaron porque la empresa nos chantajea con
reincorporar a trabajadores, cerrar el acuerdo con paz social por
tres meses y dejar decenas de trabajadores en la calle", precisó
Bogado en declaraciones a la agencia estatal Télam.
El ministro argentino de Trabajo, Carlos Tomada, aseguró este
viernes que el conflicto "no admite más dilaciones", después de
adjudicarse como un "logro del Gobierno" que la Justicia haya
ordenado a la empresa la reincorporación de cuatro delegados que
habían sido suspendidos.
Estos trabajadores de la planta que la firma tiene en la
localidad bonaerense de Pacheco denuncian que tienen prohibido el
ingreso desde el despido hace casi dos meses de unos 160 empleados.
Los trabajadores rechazaron esta semana una propuesta de Kraft de
reincorporar a 20 empleados que habían sido despedidos, iniciativa
que se suma a otra que la empresa efectuó hace ocho días y en la que
se comprometía a reincorporar a otros 30 de los cesados.
El personal de Kraft recibió el respaldo de Hugo Moyano, líder de
la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera
del país, que se comprometió a poner en marcha "acciones judiciales"
y a tomar contacto con la embajada de Estados Unidos para ayudar a
solucionar la controversia.
El conflicto en Kraft Foods de Argentina, que emplea a unos 2.700
trabajadores, comenzó en julio pasado a raíz de reclamos salariales
y de mayores medidas de higiene ante la pandemia de la gripe A.
La planta de Pacheco fue ocupada por los trabajadores a mediados
de agosto, cuando la firma despidió a 160 empleados, de los cuales
86 reclaman su reincorporación.
Tras un violento desalojo hace algunos días, la fábrica retomó la
actividad la semana pasada en medio de múltiples protestas y
bloqueos en la carretera Panamericana, junto a la planta, y en las
calles de Buenos Aires.
A raíz de los disturbios, la empresa suspendió a otros 36
trabajadores.
Además de este conflicto, los representantes sindicales de la
fábrica tienen serias diferencias con el gremio que agrupa a los
trabajadores del sector de la alimentación, que está alineado con el
Gobierno de Cristina Fernández. EFE