Brasilia, 8 abr (EFE).- Sólo un consorcio de empresas brasileñas
pretende entrar en la licitación para la construcción de la
gigantesca hidroeléctrica de Belo Monte, un polémico proyecto en la
selva amazónica que ha soliviantado a grupos ecologistas y de
indígenas, informaron hoy fuentes oficiales.
El grupo formado por la minera Vale, Votorantim Energía y las
constructoras Andrade Gutiérrez y Neoenergía es el único que hasta
hoy ha manifestado interés en participar en la licitación de
concesión de la que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo.
Existen varias empresas pequeñas interesadas que aún podrían
unirse y, apoyadas por la estatal Eletrobras, presentarse para
disputar la licitación marcada para el próximo día 20, dijo hoy en
una rueda de prensa el presidente de la Empresa de Estudio
Energético, Mauricio Tolmasquim.
"Tenemos esperanza de que haya dos consorcios, pero nadie lo
puede garantizar, sólo (se sabrá) en el momento de hacer el depósito
de las garantías", afirmó el representante del Gobierno.
La estatal Eletrobras rechazó hoy publicar la lista de empresas
inscritas como se había anunciado.
Si no se logra formar un segundo consorcio, el grupo liderado por
Andrade Gutiérrez se adjudicará la licitación sin competencia y
ofreciendo el precio máximo estipulado por el Gobierno, de 83 reales
por megavatio/hora (unos 46 dólares).
Esa cantidad es la que recibirá el operador por el suministro de
energía durante treinta años a partir de 2015, cuando se prevé que
la central entre en funcionamiento, en el río Xingú, en el estado
amazónico de Pará.
El miércoles, las constructoras Odebrecht y Camargo Correa, las
mayores de Brasil, anunciaron que se retiraban de la licitación por
"no encontrar condiciones económicas y políticas" suficientemente
interesantes en el proyecto.
Según el pliego de licitaciones, el costo de construcción de la
central rondará los 10.600 millones de dólares y la empresa ganadora
tendrá que desembolsar otros 800 millones de dólares en
contrapartidas ambientales.
La potencia máxima instalada ascenderá a 11.233 megavatios,
aunque en los meses de estiaje del río Xingú, en la cuenca
amazónica, la central podría generar tan solo una décima parte de
ese potencial, lo que reduciría los ingresos de la operadora.
De forma paralela, el Ministerio Público Federal de Brasil
presentó hoy dos demandas para intentar parar la licitación por
diversos fallos registrados en la concesión de la licencia ambiental
y por una incompatibilidad con la Constitución.
Según la fiscalía, la central causará un "grave impacto" en la
selva amazónica, podrá secar cien kilómetros del río e "intoxicar"
el agua, poniendo en peligro la supervivencia de 12.000 familias y
de varios pueblos indígenas.
El ente también manifestó que no se puede celebrar la subasta
porque no existe una legislación que regule expresamente la
construcción de hidroeléctricas en tierras indígenas, un requisito
previo consagrado en la Constitución.
Belo Monte también ha sido el centro de críticas de numerosos
grupos ecologistas y de los pueblos indígenas de la región, que han
llegado a amenazar con atacar a los obreros que trabajen en su
construcción. EFE