Berlín, 30 abr (.).- El mercado laboral alemán dejó la zona de la solidez a causa de la paralización parcial de la vida económica derivada de la COVID-19, aunque a efectos estadísticos ha evitado lo peor gracias a la fórmula del "Kurzarbeit" o jornada reducida.
"Durante meses hemos podido informar de los éxitos de nuestro mercado laboral (...) La situación ha cambiado y la pandemia nos coloca ante un desafío histórico", afirmó el ministro del Trabajo, Hubertus Heil, tras difundirse las cifras del paro de abril.
La tasa de desempleo subió ese mes en Alemania al 5,8 %, lo que supone un aumento interanual del 0,9 %, según los datos de la Agencia Federal de Empleo (BA). Una estadística "amarga", admitió Heil, pero que podría ser "mucho peor", de no existir la fórmula de "Kurzarbeit", destinada a evitar despidos masivos.
LA JORNADA REDUCIDA .O REMEDIO TEMPORAL
Un total de 10,1 millones de trabajadores quedarán previsiblemente bajo el régimen de jornada reducida, según los datos de la BA, a tenor de las solicitudes presentadas hasta ayer por 751.000 empresas. "Tenemos un Estado, una economía y una sociedad fuertes para soportar ese peso", afirmó Heil, sin concretar por cuánto tiempo considera que se podrá sostener esa estructura.
Tras un largo periodo de cifras a la baja de desempleo, el mercado laboral alemán empezó a reflejar los estragos de la pandemia. El número de desempleados aumentó respecto a marzo en 373.000 personas, cifra que sube a 415.000 a efectos interanuales, lo que sitúa el total de parados registrados en 2,644 millones.
La misma Agencia destaca en su comunicado que la cifra relativa al "Kurzarbeit" en ese primer mes orientativa, puesto que corresponden en muchos casos a solicitudes en trámite.
Sin embargo, sí cabe esperar un récord histórico: en todo el año 2009, el año clave de la crisis financiera global, entraron en ese régimen un total de 3,3 millones de trabajadores.
El régimen de "Kurzarbeit" es una de las fórmulas activadas por el gobierno de la canciller Angela Merkel para evitar que el parón económico genere despidos masivos. El Estado asume temporalmente entre dos tercios o hasta el 80 % del salario del trabajador, lo que alivia la situación de las empresas.
En paralelo a las cifras del desempleo se difundieron hoy las relativas a la ocupación en marzo. Se registró un aumento del 0,2 % interanual y el número de personas laboralmente activas fue de 45 millones, según el departamento federal de Estadística (Destatis).
Sin embargo, se apreciaba ya una ralentización: la cifra de ocupación había experimentado unos incrementos interanuales del 0,3 %, en febrero, o del 0,4 %, en enero.
EL DESEMPLEO .O SÍNTOMA DE UNA RECESIÓN HISTÓRICA
La desafío es "histórico", en palabras del socialdemócrata Heil, como lo será la recesión que se estima para Alemania, como avanzó ayer el ministro de Economía, el democristiano Peter Altmaier.
Según sus estimaciones actualizadas, la caída del Producto Interior Bruto (PIB) se situará este año el 6,3 %. A esta fuerte contracción le seguirá un fuerte rebote al año siguiente del 5,2 %.
Este 2020 se cerrará así con la mayor caída de la historia reciente, en parte debida a la caída de las exportaciones -el 11,6 % en este año-, motor tradicional de la primera economía europea.
Las cifras de Altmaier incluían una previsión de aumento del número de parados desde los 2,27 millones de personas en 2019 a los 2,62 millones en 2020, para recuperarse un poco en 2021.
"El balance final 'Kurzarbeit' dependerá del ritmo en que se pueda recuperar la actividad económica", explicó Heil. Los sectores como el comercio minoritario empezaron a reactivarse, al permitirse la reapertura de tiendas de dimensiones pequeñas a medianas. La hostelería y el turismo siguen cerrados.
Alemania es el sexto país del mundo más afectado por la pandemia tras EEUU, España, Italia, Francia y Reino Unido. Hasta hoy, el Instituto Robert Koch, competente en la materia en Alemania, ha verificado 159.119 contagios y 6.228 muertos, mientras que la cifra de pacientes recuperados se sitúa en 123.500.
La gran coalición de la canciller Angela Merkel, en consenso con los líderes regionales, ha aplicado hasta ahora medidas menos restrictivas que en otros países y se ha logrado aplanar la curva de crecimiento de la epidemia.