Madrid, 19 jul (EFE).- Dos días después de expirar la última
oferta de Telefónica por la participación de Portugal Telecom (PT)
en la brasileña Vivo, la operadora se prepara para pelear por el
control de Vivo en los tribunales, con el de Arbitraje de La Haya
como probable primer escenario.
Para empezar, Telefónica ha contratado los servicios del despacho
de abogados holandés Brauw Blackstone Westbroek, que asesoró a la
operadora y a Portugal Telecom en la creación de Brasilcel -la
sociedad conjunta que controla Vivo-, para intentar disolverla,
según dijeron hoy a Efe fuentes conocedoras de la operación.
Dentro de esta estrategia, el primer paso será acudir al Tribunal
de Arbitraje de La Haya para intentar acabar con la unión de las dos
operadoras en esta sociedad holandesa, propietaria del 60% de Vivo,
dijeron las mismas fuentes.
La multinacional española comunicó en la madrugada del viernes al
sábado el fin del plazo dado a Portugal Telecom para comprarle su
30% de Vivo, con una oferta sobre la mesa de 7.150 millones de
euros, frenada por el Gobierno portugués.
Tras tres meses de negociaciones, Telefónica no aceptó prorrogar
las negociaciones hasta el próximo día 28 de julio para, al parecer,
optar por otro camino.
No obstante, algunos analistas, como Citigroup, apuntaron hoy que
el objetivo de Telefónica con la extinción del plazo era meter
"presión" a Portugal Telecom.
"La oferta no está muerta", añade el informe de Citigroup, que
espera que la operación se resuelva antes del día 28 de julio,
mientras que otros analistas apuntan a la vía judicial.
"Otra opción sería instar un arbitraje, asunto que parece
probable pero que duraría entre uno y tres años", señala Bankinter,
que explica que el pacto que firmaron las dos compañías con la
creación de Brasilcel es vinculante durante 25 años, aunque
contempla algunas opciones de ruptura.
Desde Banesto Bolsa apuntan que ahora se abre un proceso "más
largo y más incierto" que puede pasar por La Haya en una vía
especialmente negativa para Portugal Telecom.
La ruptura de la operación hizo caer hoy las acciones de la
operadora lusa un 4,3 por ciento al inicio de la sesión, aunque los
títulos cerraron sólo con un descenso del 0,34%; mientras que las de
Telefónica subieron un 0,25% hasta los 16,125 euros.
Desde el Gobierno, el secretario de Estado español de
Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco
Ros, descartó hoy la mediación del Ejecutivo entre Telefónica y
Portugal Telecom.
Por su parte, el ex presidente del Gobierno español José María
Aznar criticó hoy, en declaraciones a la prensa lusa, el uso de la
"acción de oro" del Estado en PT.
La venta del 30% de PT en Vivo la aprobaron hace dos semanas el
73,9% de sus accionistas, pero fue bloqueada con la acción de oro
que tiene el Estado en la compañía portuguesa.
El Ejecutivo luso justificó su decisión, considerada ilegal por
la UE, en el interés nacional de que el antiguo monopolio portugués
de las comunicaciones opere en Brasil, donde tiene su principal
fuente de ingresos y crecimiento.
La oferta de 7.150 millones era la tercera que hacía Telefónica
para controlar Vivo, por la que abrió la puja, el pasado 6 de mayo,
con 5.700 millones de euros. EFE