París, 7 sep (EFE).- Los transportes estaban esta mañana muy
afectados en Francia por la huelga contra la reforma del sistema de
pensiones, en particular la circulación de trenes y las redes
urbanas de un centenar de ciudades, y los aviones.
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) había pedido a
las compañías aéreas la supresión de la cuarta parte de los vuelos
habitualmente programados en los dos aeropuertos de París,
atendiendo a los controladores aéreos que se habían declarado en
huelga.
En los trenes, desde primera hora se cumplían la previsiones de
la compañía estatal SNCF, lo que significaba que sólo estaban en
servicio dos de cada cinco trenes de alta velocidad (TGV), uno de
cada cuatro del resto de convoyes de largo recorrido o la mitad de
los regionales.
Los Eurostar que enlazan París con Londres eran los únicos que se
mantenían normalmente, mientras en los Thalys que comunican París
con Bélgica, Holanda y Alemania, se habían suspendido uno de cada
cinco de los programados habitualmente, al igual que uno de cada
diez de los Lyria que van de la capital francesa a Ginebra y
Lausana.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) había tenido que
anular todos los trenes de noche, lo que incluye los Talgo que
comunican París con Madrid y Barcelona.
En la capital francesa, el sistema de transporte urbano estaba
algo menos alterado de lo que se temía, con una circulación
prácticamente normal en la mitad de las 14 líneas de metro.
Los problemas eran mucho más importantes en los trenes de
cercanías, de forma que no había casi ningún convoy en el corredor
del RER B, que atraviesa la ciudad de norte a sur y conecta con los
dos aeropuertos.
Las perturbaciones en el transporte público tenían un impacto
directo en el tráfico rodado, y así desde antes de las 8.00 locales
en las carreteras y autopistas de la región de París se
contabilizaban 200 kilómetros de retenciones.
La convocatoria de huelga lanzada por los principales sindicatos
del país, que cuenta con el apoyo de más del 60% de la población
-según encuestas recientes-, pretende tumbar la reforma de las
pensiones, cuyo debate parlamentario se inicia hoy.
Para el presidente francés, Nicolas Sarkozy, como él mismo ha
dicho se trata la reforma más importante de su mandato y el punto
principal es retrasar la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años,
con un aumento de 65 a 67 años para aspirar a una pensión completa.
El verdadero reto para los sindicatos es conseguir en las
alrededor de 200 manifestaciones organizadas por todo el país sacar
a la calle más de los dos millones de manifestantes, que fue la
cifra que dieron en la anterior huelga por las pensiones el pasado
24 de junio. EFE