París, 13 jul (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo
(BCE), Jean-Claude Trichet, cargó contra el "oligopolio mundial" de
las tres agencias de calificación que amplifican los movimientos del
mercado, tanto al alza como a la baja, algo que "va contra la
estabilidad financiera".
Trichet, en una entrevista publicada hoy por 'Libération',
consideró "oportuno no continuar con el oligopolio mundial de tres
agencias" pero añadió que "el problema de fondo es atenuar o anular"
el efecto de amplificación que producen en los mercados.
Confirmó la publicación de las "pruebas de estrés" que se están
haciendo a bancos europeos, y se mostró confiado en sus efectos
porque "la transparencia es muy importante", y puso como ejemplo
Estados Unidos, donde la comunicación de esos test corrigió la falta
de confianza en las instituciones financieras.
En un repaso a la gestión de la crisis financiera, y en
particular de la crisis de la deuda, insistió en el mensaje de que
"una parte de los inversores y de los participantes en el mercado
tienen tendencia a subestimar la capacidad de Europa para tomar
decisiones valientes".
Una tendencia que a su juicio tiene que ver con la estructura
institucional europea, "muy diferente" a la de Estados Unidos.
Para cambiar esa imagen y sin necesariamente cambiar los tratados
en un primer momento, señaló que hay que ir "lo más lejos posible
(...) en materia de vigilancia muy precoz, de casi automaticidad de
las sanciones, de forma que tengamos en la zona euro el equivalente
de lo que tendríamos si estuviéramos en una federación
presupuestaria".
A ese último respecto, Trichet comentó que "como ciudadano"
lamenta que en los años 1990 no se hubiera aprovechado la ocasión
para haber dado "un gran salto institucional" en dirección a "una
federación política", una idea que a su parecer los países no
quieren ahora.
Al repasar el origen de los ataques de los mercados por la deuda
en ciertos países, aludió al caso concreto de Grecia, que no aplicó
desde 2009, cuando se manifestó la desconfianza de los inversores,
una política creíble al respecto.
"Además, en el caso de Grecia, hubo un problema muy anormal y muy
grave de datos falsos", añadió antes de insistir en que "si se
hubieran conocido las verdaderas cifras, es probable que la historia
no hubiera sido la misma".
El presidente del BCE justificó la intervención de la entidad que
dirige el 10 de mayo para comprar masivamente obligaciones griegas y
de otros países porque "constatamos disfunciones graves, sin
precedentes, de los mercados financieros" el jueves 6 de mayo por la
tarde y el día 7.
"En ese momento y no antes, consideramos que había que esforzarse
por restablecer un funcionamiento más normal de los mercados",
explicó antes de asegurar que con esa intervención no se trataba de
cambiar la política del BCE, que es garantizar la estabilidad de
precios. EFE