Bruselas, 7 dic (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo
(BCE), Jean-Claude Trichet, ha defendido hoy la unidad de la
política monetaria por encima de las divergencias en términos de
crecimiento e inflación que la crisis está ocasionando entre los
miembros de la zona del euro.
"No hay un euro diferente para España y un euro para otros
países. Sólo hay una credibilidad del euro, un tipo de interés y un
tipo de cambio", ha dicho Trichet en una comparecencia ante el
Parlamento Europeo.
El máximo responsable del BCE respondía a una pregunta del
eurodiputado de Convergencia Democràtica de Catalunya (CDC), Ramón
Tremosa, quien había llamado la atención sobre el riesgo de que una
subida futura de tipos hunda a España y otros países en la
deflación.
El presidente del BCE ha recordado a Tremosa que "el euro es una
moneda única" y ha comparado el escenario europeo con Estados
Unidos.
"Nadie piensa que EEUU esté diseñando su política monetaria
simplemente para California, Florida o Wyoming. La política
monetaria estadounidense se diseña para el continente, y nosotros
para la zona euro, nuestro continente", ha insistido Trichet.
El eurodiputado catalán había preguntado si el BCE iba a tener en
cuenta una situación en la que algunos países de la Eurozona, como
Francia y Alemania, comiencen a registrar tasas positivas de
inflación, mientras que otros como España "sigan en deflación".
En ese caso, si el BCE comenzara a subir los tipos de interés,
"nos puede llevar a otra ronda de deflación en los países que ya son
deflacionistas actualmente", según Tremosa.
Tras la decisión del pasado jueves de mantener los tipos de
interés en el 1%, Trichet ha vuelto a recalcar hoy que ese nivel es
el adecuado.
Además, ha asegurado que el anuncio del BCE de que va a retirar
gradualmente las medidas extraordinarias de liquidez no prejuzga ni
adelanta ninguna subida inmediata de los tipos.
Trichet ha presentado su último informe de este año ante la
comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento,
articulado en torno a tres temas: la situación macroeconómica, la
reciente decisión del BCE de ir eliminando paulatinamente las
medidas monetarias no convencionales, y el nuevo sistema europeo de
supervisión financiera.
Ha lanzado una rotunda advertencia a los bancos, para que usen
debidamente las ayudas que han recibido, y ha cuestionado el
compromiso alcanzado por los gobiernos de la UE sobre el futuro
sistema de supervisión financiera.
Las entidades privadas deben ser conscientes, ha dicho, de que
"no habrá una segunda oportunidad", porque los contribuyentes no van
a aceptar que vuelva a utilizarse masivamente su dinero para
rescatar bancos.
"Todo lo que hemos hecho no ha sido por amor al arte bancario y a
los bancos, sino por su papel esencial" en la economía, ha dejado
claro el presidente.
Trichet ha insistido en que las entidades financieras deben
concentrarse en resolver sus riesgos y prestar dinero.
Según el análisis del BCE, el crédito con plazos inferiores a
cinco años se ha reducido, pero esta contracción obedece en gran
medida a la caída de la demanda como consecuencia de la grave crisis
económica.
Por el contrario, en los préstamos a más de 5 años, sí se asiste
a un crecimiento gradual.
Preguntado si tenía el banco central indicaciones de que los
bancos está haciendo uso de las ayudas recibidas para volver a la
especulación, Trichet no ha respondido directamente, pero ha lanzado
su advertencia.
"Los que puedan pensar que no ha pasado nada se equivocan: hemos
evitado una gran depresión, porque fuimos suficientemente ágiles y
valientes, tanto el Banco Central Europeo como los gobiernos".
"No darse cuenta de ello", ha subrayado Trichet, "es un gran
error".
"Una vez y nunca más", ha afirmado con rotundidad el máximo
responsable del banco central de la Eurozona.
Por lo que respecta al sistema de supervisión acordado por los
ministros de Finanzas de la Unión Europea, ha comentado que "no es
el óptimo".
Ahora bien, "habida cuenta de la susceptibilidad e intereses de
los diferentes gobiernos, la presidencia sueca (de la UE) no se ha
portado mal".
"No es óptimo, no es ideal, pero (el acuerdo) es notable".
Trichet ha recordado que el BCE quería haber quedado vinculado
estrechamente a la supervisión microprudencial de las entidades
financieras transfronterizas individuales.
Ha elogiado a este respecto la normas vigentes en España: "es
verdad que en España se ha introducido un concepto (de vigilancia)
que no era algo generalizado..., que ha demostrado su valía y su
gran utilidad en las circunstancias actuales".
No obstante, ha insistido en las limitaciones de la supervisión
nacional y en la necesidad de una autoridad central europea. EFE