París, 25 sep (EFE).- La construcción de una línea de tren de
alta velocidad (TGV) y su explotación durante 30 años permitirá
evitar el 60% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se
producirían si los viajes se hicieran por carretera o por avión,
según un estudio oficial publicado hoy.
La Agencia del Medio Ambiente y del Control de la Energía del
Gobierno francés (ADEME) indicó que la línea TGV Rin-Ródano que se
está construyendo entre Dijon y Mulhouse ofrecerá una "rentabilidad
de carbono" al cabo de doce años de servicio.
"La competitividad del transporte ferroviario de alta velocidad
queda confirmada con este primer balance de carbono global que
subraya sus beneficios medioambientales a largo plazo", destacó la
ADEME, asociada en este estudio con el gestor francés de
infraestructuras ferroviarias, RFF, y con la Sociedad Nacional de
Ferrocarril (SNCF).
Los autores del informe calcularon que durante el ciclo analizado
de 30 años, los 140 kilómetros de este proyecto emitirán 1,9
millones de toneladas de CO2, de los cuales un 42% corresponderán a
la construcción de la infraestructura y un 53% a la energía de
tracción de los trenes.
Si se compara con las que producirían en caso de viajar por
carretera o en avión los 1,5 millones de nuevos viajeros que
utilizarán cada año la línea, que debe entrar en servicio en 2012,
el saldo ofrece un saldo de "carbono positivo" a partir de 2024.
Para los cálculos, se contabilizaron las emisiones de gases de
efecto invernadero causados durante la concepción y la construcción
de los corredores con las vías, pero también las dos nuevas
estaciones que se van a levantar (Besançon Franche Comté y
Belfort-Montbéliard), instalaciones de mantenimiento y una treintena
de convoyes. EFE