Johannesburgo, 27 jul (EFE).- Las huelgas en el transporte
público, en el sector farmacéutico, químico y energético y de los
trabajadores municipales, unidas a las posibles paralizaciones de
los empleados de la telefónica y la televisión públicas, amenazan
con paralizar Sudáfrica la próxima semana.
El Sindicato de Transporte Unido (UTATU) y la Unión de
Trabajadores de Transporte y Aliados de Sudáfrica (SATAWU), que
representan a unos 10.000 obreros, convocaron una huelga que se
inició hoy a las 12.00 hora local (10.00 GMT), para exigir un
aumento de sueldo del 9 por ciento para septiembre.
El Ayuntamiento de Pretoria, al igual que la compañía Metrobus de
Johannesburgo, advirtieron a sus ciudadanos que el servicio de
autobuses de las ciudades no estarían en funcionamiento hoy, lo que
afectará a cerca de 1,5 millones de personas por día.
Por otra parte, la Unión de Trabajadores Municipales de Sudáfrica
(SANWU) convocó otra huelga, a la que se prevé se unirán hoy 150.000
empleados que proporcionan servicios básicos a la población, tales
como la recogida de la basura o la limpieza de las calles.
SAMWU, que también exige un incremento salarial, rechazó la
semana pasada una propuesta en la que se ofrecía un aumento del 11,5
por ciento de los sueldos, equivalente a la tasa de inflación que se
registró en Sudáfrica durante el 2008.
Además, otros 45.000 empleados del sector químico y energético
iniciaron el pasado lunes un parón que continua una semana después,
tras haber rechazado un aumento salarial del 9 por ciento, puesto
que se niegan a aceptar un incremento que esté por debajo del 10 por
ciento.
Por otro lado, aunque la huelga todavía no se ha materializado,
trabajadores de la telefónica y la televisión pública, Telkom y SABC
respectivamente, han amenazado con iniciar un paro en protesta por
los salarios, la deficiente administración y los posibles despidos.
El pasado 8 de julio, los obreros que trabajan en la construcción
de los estadios en los que se celebrará el Mundial de Sudáfrica en
2010 iniciaron una huelga que se prologó durante una semana y que
amenazó con afectar los plazos de entrega de las edificaciones
acordados con la FIFA.
Aunque el Mundial de Fútbol de 2010 ha creado en Sudáfrica más de
400.000 puestos de trabajo, según cifras del Comité Organizador
Local, la tasa del paro en el país sigue estando por encima del 20
por ciento.
El desempleo, unido a la elevada inflación y al deficiente
suministro de servicios básicos en los barrios más depauperados de
Sudáfrica, provocó una oleada de violentas protestas la semana
pasada que se extendieron por las provincias de Gauteng, Cabo
Occidental y Mpumalanga.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, que encabeza el Ejecutivo
desde las elecciones generales del pasado mes de abril, afirmó
durante la campaña electoral que mejorar las condiciones de vida de
los sudafricanos más pobres era su principal objetivo.
Sin embargo, esta tarea se le complicó después de que las
autoridades anunciaran el 26 de mayo que el país, afectado por la
crisis económica mundial, había entrado en recesión oficialmente por
primera vez en 17 años al registrarse una contracción del 6,4 por
ciento en su Producto Interior Bruto.PIB).