Lola Calvache
Cartagena, 2 oct (EFE).- Estudiantes de Formación Profesional y
de universidades de España, Francia y Portugal que han desarrollado
una veintena de prototipos de vehículos propulsados por energías
renovables, participan este fin de semana en Cartagena en la primera
prueba Solar Race que se realiza en España.
Estas competiciones, tradicionales en Europa, y fundamentalmente
en Alemania, donde lleva 25 años realizándose, permiten a los
estudiantes, junto a sus profesores, probar los prototipos de
vehículos que desarrollan en sus respectivos centros docentes y
universitarios a lo largo de uno o varios cursos.
En esta primera prueba nacional, que se desarrolla en el circuito
de velocidad de Cartagena, organizada por el Gobierno regional de
Murcia, a través de la Agencia Regional de la Energía (ARGEM), han
participado 22 vehículos, de los que cuatro van propulsados con
energía fotovoltaica, tres por hidrógeno y el resto por combustibles
fósiles.
El ambiente de los boxes del circuito se parece a los de una
prueba de velocidad, salvo que la edad media de los participantes es
inferior a la de las pruebas de Fórmula Uno. Sólo suben algo la
media los profesores, pero tampoco pasan de los 40 años.
El desarrollo de uno de estos "coches locos" es una forma de
atraer a los estudiantes, que a lo largo del curso van viendo cómo
se hacen realidad sus prototipos, que en algunos casos parecen
sarcófagos cubiertos con placas solares y otros emulan en pequeño a
los coches de carreras.
Sólo uno de los 22 inscritos tiene un diseño de pequeño coche de
ciudad (urban en su argot): el presentado por el Instituto de
Enseñanza Secundaria Alto Nalón, de Barredos, en Asturias.
Este, uno de los alimentados por hidrógeno, ya tiene práctica, al
haberse presentado en la prueba de este año de Alemania, la
Ecomaratón Europea, pero no tuvieron éxito, ha explicado a EFEverde
uno de los profesores directores del proyecto, Antonio Rubio.
Este instituto de Formación Profesional asturiano ha traído
también a la prueba otro ensayo que funciona con biodiésel. El
"urban" va a hacer su primera carrera con hidrógeno y todo el
equipo, formado por 8 profesores y otros tantos alumnos, está con
los nervios a flor de piel en la salida de la primera tanda (cuatro
vueltas) dentro del circuito.
Tiene carrocería monocasco hecha de fibra de carbono y panel de
nido de abeja (como los de Fórmula Uno), y el objetivo "es correr
todas las vueltas , cuatro por cada tanda, e intentar hacer el mayor
número posible de kilómetros con el menor gasto de combustible",
dice Rubio, porque el ganador será precisamente el que menos
consuma.
Estos proyectos educativos sirven para dar un aliciente a los
alumnos, de la rama de Automoción en su mayoría, que son todos
voluntarios, y fomentar entre ellos el uso de las energías
alternativas, explica el profesor, que al final está feliz, porque
el prototipo ha finalizado el recorrido. EFE