Londres, 19 feb (EFE).- El presidente del Gobierno español, José
Luis Rodríguez Zapatero, lamentó hoy la "paradoja" de que los
mercados financieros a los que salvaron los gobiernos traten ahora
de ponerles dificultades, y advirtió de que los déficits públicos se
irán reduciendo, pero no a costa de la cohesión social.
Zapatero afeó la actitud de los mercados en su intervención en la
mesa redonda en la que participó en Londres junto con el primer
ministro británico, Gordon Brown, y su homólogo griego, Giorgios
Papandreu, y que sirvió de clausura del seminario organizado por
"Policy Network", institución ligada al Partido Laborista.
El jefe del Ejecutivo español recordó que los estados han tenido
que gastar más para salvar al sistema financiero e impedir que las
economías se hundieran más.
De ahí que calificara de "paradoja" que, ahora, los mercados a
los que acudieron a salvar los gobiernos sean exigentes y traten de
ponerles "dificultades".
Al hilo de ello, instó a reflexionar sobre la relación entre
ambos y llamó la atención sobre el hecho de que exista una
diferencia esencial entre ambos: "los gobiernos tenemos nombre y
apellidos, mientras que los mercados son anónimos".
A renglón seguido, pidió que no haya una "dialéctica de
confrontación" entre gobiernos y mercados y que éstos no tengan
desconfianza hacia los primeros.
Igualmente, invitó a los mercados y a los inversores a que tengan
una perspectiva de medio y largo plazo porque ellos también están
interesados en la recuperación y han de contribuir a la estabilidad
de los países.
Consideró que, tras la crisis, "el tiempo que se ha de
reconstruir es el de la regulación" y dijo que los gobiernos van a
ir retirando paulatinamente sus intervenciones en los mercados
financieros.
Pero, al mismo tiempo, puntualizó que no se pueden dejar las
cosas como estaban y los gobiernos no pueden retirarse de controlar
todos los productos financieros y de dejar de acabar con los
paraísos fiscales.
En ese mismo contexto, pidió que, ante el hecho de que existen
"organismos internacionales que se pronuncian tan a menudo sobre la
solvencia de los países", se recuerde que los déficits públicos
existentes en la actualidad son consecuencia de que imperaron las
tesis sobre el sistema financiero de los mismos que hoy exigen de
forma apremiante a todos los gobiernos reducir esos déficits.
"Vaya paradoja y contradicción", volvió a subrayar Zapatero,
quien garantizó que va a haber esa reducción, pero no pensando sólo
en el interés a corto o medio plazo de algunos fondos" y no a costa
de perjudicar la cohesión social.
Zapatero expresó igualmente sus solidaridad con Grecia y con su
primer ministro y dijo que el Ejecutivo de Papandreu y la inmensa
mayoría de los ciudadanos griegos no tienen culpa de lo que está
ocurriendo en ese país.
Por el contrario, dijo que el Gobierno griego merece toda la
confianza de las instituciones europeas y de los mercados por los
pasos que ha dado y "por la credibilidad que está demostrando".
Asimismo, elogió el papel de Gordon Brown tanto en la UE como en
el G-20 para hacer frente a la crisis económica y manifestó que
cuando se salga de la crisis, lo primero que se va a determinar es
qué valores predominan en la nueva etapa, y consideró que son los
valores progresistas los que pueden facilitar "equilibrio, armonía y
cohesión".
Zapatero, quien estuvo acompañado en la conferencia por el
comisario europeo Joaquín Almunia, señaló dos políticas prioritarias
para el crecimiento económico a partir de ahora: la energética y la
tecnología de la comunicación.
También apostó por un ámbito mayor de cooperación europea y otro
superior que defendió que debe liderar el G-20. EFE