Pekín, 28 feb (EFE).- El presidente saliente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, se reunió con los viceprimeros ministros de China Li Keqiang y Wang Qishan, entre otros altos cargos comunistas, para analizar futuras reformas del modelo económico chino, en unas reuniones en las que no dio hoy pistas sobre su posible sucesor.
En una accidentada rueda de prensa tras su agenda en Pekín, en la que irrumpió un experto que a gritos se mostró contrario a las sugerencias del BM para la reforma económica china, Zoellick señaló hoy que su sucesión está en manos del consejo ejecutivo de la organización, que en los próximos días recibirá las nominaciones.
"Estoy complacido de haber liderado una institución bien capitalizada y que ha tenido un buen comportamiento", afirmó ante los periodistas Zoellick, quien subrayó que todavía no ha hecho planes para su futuro tras dejar la presidencia:
"Estoy centrado en ella al cien por cien hasta que termine el mandato en junio, como puede comprobarse en mi perjudicado estado físico", bromeó el estadounidense, cuya agenda en China incluye también visitas al sur del país (Cantón) y al norte (Mongolia Interior) para analizar los progresos y retos de la segunda economía mundial.
Hasta ahora, un pacto no escrito otorga la presidencia del BM a norteamericanos y la del Fondo Monetario Internacional (FMI) a europeos, aunque el ascenso de economías emergentes como la china podría cambiar este equilibrio, si bien Pekín no ha expresado claramente si propondrá a un candidato.
Recientemente, el Gobierno chino se limitó a expresar su deseo de que la elección del próximo presidente del organismo se lleve a cabo "con una competición abierta y justa", además de "basada en los méritos" más que en nacionalidades.
Zoellick viajó a Pekín principalmente para presentar a los líderes chinos el informe "China 2030", elaborado por el BM y expertos gubernamentales chinos, en el que se recomienda al régimen comunista profundos cambios en su modelo de crecimiento, basado en la última década en la exportación y la inversión extranjera.
"Viendo el mercado internacional, no es realista que China continúe apoyándose en las exportaciones, por lo que este informe habla de una nueva generación de reformas, tras las emprendidas por (los ex líderes comunistas) Jiang Zemin y Zhu Rongji", comentó hoy Zoellick en rueda de prensa.
En el informe se subraya que en el objetivo chino de convertirse en un país de ingresos altos per cápita en 20 años obliga a Pekín a cambiar su estructura económica, para evitar estancarse en el grupo de países de ingresos medios, como ha pasado con anterioridad a muchas otras economías.
Zoellick afirmó hoy que en sus reuniones con los líderes chinos éstos coincidieron en la necesidad de cambiar la estructura económica nacional, aunque previó que tales cambios serán graduales y lentos, como pasó con los emprendidos en China tras el fin del maoísmo y la llegada del socialismo de mercado de Deng Xiaoping.
"Son decisiones que China tiene que tomar, pero yo animo a que las considere seriamente", señaló el presidente del BM al hilo del informe.
El informe pide a China mayor competencia y una privatización de muchos sectores dominados por el Estado, como el financiero, algo que ha traído polémica hoy, ya que un autoproclamado economista llamado Du Jianguo irrumpió en la rueda de prensa de Zoellick y la interrumpió acusando al BM de querer arruinar la economía china.
"Banco Mundial, vete a casa con tu veneno", rezaba un comunicado que Du repartió a algunos periodistas antes de ser expulsado de la sala de prensa por guardias de seguridad.
Las medidas que preconiza el BM, aseguró Du en su comunicado, "destruirán la economía china y permitirán que Wall Street y sólo unos pocos chinos aplasten a otros, por lo que China se convertirá en una sociedad injusta entre un 1 y un 99 por ciento".
Zoellick reaccionó con tranquilidad al altercado, observó que el incidente demostraba que "el estudio del BM ya empieza a generar debate", y aseguró que la organización que preside "está cómoda con una discusión abierta" de su documento, aunque pidió que "la gente exprese sus ideas de una forma que permita la discusión". EFE