Por Panu Wongcha-um y Patpicha Tanakasempipat
BANGKOK (Reuters) - La luna de miel que el futbolista bareiní Hakeem Al Araibi y su esposa esperaban celebrar en Tailandia a finales del año pasado no salió según lo planeado.
Cuando el joven de 25 años, que tiene el estatus de refugiado en Australia, se bajó de un avión en Bangkok el 27 de noviembre, la policía de inmigración tailandesa le estaba esperando para detenerle por una "notificación roja" o alerta de la Interpol mandada por Baréin.
Después hubo un periodo de dos meses de disputas diplomáticas y presiones de organizaciones deportivas y de derechos humanos que pedían la liberación de Araibi de una prisión en Bangkok, donde se enfrentaba a la posible extradición al país del Golfo.
Araibi huyó de Baréin en 2014 tras ser acusado de vandalismo durante las protestas de la Primavera Árabe de 2011 y condenado en ausencia a 10 años de prisión. Él niega las acusaciones y ha vivido como refugiado en Australia desde entonces.
La nación del Oriente Próximo considera que es un fugitivo; Araibi dice que le torturarían si le envían de vuelta.
"Fue una gran sorpresa cuando llegué al aeropuerto de Bangkok", dice Araibi a Reuters.
SITUACIÓN DE REFUGIADO
Araibi había contactado con el departamento de Interior de Australia, la agencia responsable de su estatus de refugiado, antes de su luna de miel, y se le aseguró que podía viajar de manera segura, dice Fatima Yazbek, una activista de derechos humanos que ha estado en contacto cercano con la pareja.
Responsables australianos de Interior no quisieron hacer comentarios por el momento.
Pero cuando el vuelo de la pareja despegó de Melbourne, donde Araibi juega para el club de fútbol Pascoe Vale, se emitió una notificación de Interpol que alertó a Baréin y Tailandia de sus movimientos.
Las autoridades tailandesas dicen que actuaron al recibir la alerta de Interpol Australia y, horas después, una solicitud de extradición por parte de Baréin, que había emitido la alarma varias semanas antes, el 8 de noviembre, el mismo día que la pareja recibió visados tailandeses de la embajada en Australia.
"Las autoridades sabían su número de asiento y tenían una copia de su pasaporte (bareiní) cuando tenía 16 años", dice a Reuters Phil Robertson, de Human Rights Watch, que estuvo en contacto con la pareja.
No ha podido aclararse por ahora por qué el estatuto de refugiado de Araibi no se indicó en la notificación de viaje, que previsiblemente habría impedido la alarma en Interpol. El activista Yazbek dice que fue una falta de coordinación entre las agencias australianas.
La embajada de Australia en Bangkok dijo que "inicialmente no tenía conocimiento" de que se hubiera emitido una alerta roja a pesar del estatus de Araibi como refugiado protegido.
"Cuando el Gobierno australiano se dio cuenta de la situación, nos aseguramos de que la notificación roja se retirara lo antes posible", dijo la embajada en un comunicado.
Tardaron tres días, durante los cuales Araibi permaneció detenido. Para el 30 de noviembre, el aviso de Interpol se había retirado y se le dijo al futbolista que pronto podría salir de Bangkok.
Pero el retraso resultó costoso. En el momento en que se levantó la alerta roja, las autoridades de Baréin se habían puesto en contacto con Tailandia, solicitando su detención y su extradición.
GRILLETES
Araibi estuvo detenido durante un proceso que duró semanas, y durante el cual compareció ante el tribunal el 4 de febrero, con los pies descalzos y en grilletes, mientras pedía a las autoridades que no lo enviaran a Baréin.
El caso generó una oleada de críticas internacionales y se puso en marcha una campaña pública para liberar a Araibi, encabezada en Australia por futbolistas y activistas de derechos. El primer ministro australiano, Scott Morrison (LON:MRW), y los dirigentes del organismo rector del fútbol mundial, la FIFA, se unieron para pedir su liberación.
"Las fotos del futbolista Hakeem con grilletes en el juzgado provocaron un aumento espontáneo del rechazo en las redes sociales, lo que hizo que los políticos tailandeses tuvieran claro que la campaña mundial iba a crecer e intensificarse si continuaban con el proceso de extradición a Baréin", dice Robertson.
El lunes, la oficina del fiscal general de Tailandia dijo repentinamente que iba a archivar el caso de extradición después de que Baréin abandonara su solicitud.
No está claro cuándo o por qué cambió de opinión el reino del Golfo. La decisión se produjo poco después de una reunión el domingo en Manama entre el ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, Don Pramudwinai, y el príncipe heredero de Baréin, Salman bin Hamad al Khalifa, aunque el orden del día de esa reunión no ha trascendido.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Baréin dijo que la sentencia de 10 años de cárcel impuesta a Araibi seguía en vigor y reiteró su derecho a "emprender todas las acciones legales necesarias contra él".
A las pocas horas de la decisión de Tailandia, Araibi subió a un avión de regreso a Melbourne, donde fue recibido por cientos de partidarios el martes.
Araibi dice que el viaje a Tailandia era la primera vez que él y su esposa, que también es bareiní, habían viajado juntos desde Australia. Ella no tiene ningún problema con la justicia en su país de origen y estudia en una universidad australiana.
Araibi dijo a Reuters que no tiene previsto viajar durante un tiempo después de esta terrible experiencia.
"Ahora estoy esperando mi ciudadanía australiana y no voy a volver a viajar hasta que la obtenga", dice. "También necesito que el Gobierno australiano garantice que no me van a detener otra vez si viajo al extranjero".
(información adicional de Tom Westbrook en SYDNEY y Aziz El Yaakoubi en DUBAI; Escrito por Kanupriya Kapoor; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)