Por Richard Martin
MADRID (Reuters) - La capacidad de Zinedine Zidane para manejar el tempestuoso vestuario del Santiago Bernabéu siempre ha sido vista como una de sus principales fortalezas, pero ante los actuales problemas de resultados del Real Madrid, sus buenas relaciones con sus "galácticos" comienzan a parecer una carga.
El Real Madrid ha situado a una distancia de 16 puntos por detrás de Barcelona en la liga española y se encuentra cuarto en la clasificación, sin esperanzas de revalidar el título.
El club madrileño tampoco tiene garantizada la plaza en la Champions League para la próxima temporada, en un momento en que el Villarreal, sexto clasificado y con frecuencia un rival complicado para el Real Madrid, visitará la capital el sábado. El equipo castellonense está a solo cuatro puntos de los también vigentes campeones de la Liga de Campeones.
Cualquier resultado que no suponga ganar los tres puntos contra el Villarreal, que le ha quitado siete en sus últimos cuatro enfrentamientos, aumentaría la presión sobre Zidane a pesar de sus ocho trofeos en dos años como entrenador del Real Madrid.
El francés fue criticado en los medios de comunicación españoles después de la derrota por 0-3 en casa contra el Barcelona y no hubo tregua después del empate 2-2 del domingo contra el Celta de Vigo o el nuevo empate a dos del miércoles con el Numancia, club de segunda división, en la Copa del Rey, pese a que el conjunto blanco ganó la eliminatoria tras imponerse en la ida.
Un artículo en la edición del miércoles del periódico El País criticaba que el entrenador insistiera en las mismas alineaciones y tácticas tras unos resultados decepcionantes.
"Zidane ha preferido no anticipar riesgos y sortear cualquier diagnóstico incómodo por evidente que fuera", dijo.
"Zidane se aferra a sus titularísimos, ya sean Benzema bajo el yugo de su hinchada, Keylor en el disparadero de unos rectores que apuntan a Kepa, Marcelo y sus intrépidas aventuras, Kroos y sus bajonazos".
La declaración del entrenador el martes de que no va "echar la mierda a uno o dos, la culpa es de todos" ha sido interpretada como otra señal de que no es lo suficientemente fuerte como para tomar las decisiones difíciles que su equipo necesita.
La reticencia de Zidane para enderezar la situación puede vincularse con las actividades limitadas del Madrid en la última ventana de fichajes.
Según informaciones en prensa, el club retiró una oferta para fichar a la joven sensación francesa Kylian Mbappe por no molestar a Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale, que solo han marcado 10 goles en liga entre los tres durante en esta temporada.
Mbappe fue a parar al Paris St Germain y el Madrid vio debilitadas sus opciones de ataque al dejar ir a James Rodríguez y Álvaro Morata, que no estuvieron en el once inicial la pasada temporada pero hicieron importantes contribuciones cuando salieron desde el banquillo.
Los únicos nuevos fichajes fueron los jóvenes Theo Hernández, Dani Ceballos y Diego Llorente, que apenas han jugado este curso al perder fuerza el equipo B que tan buenos resultados dio la temporada pasada.
Si Zidane no saca el látigo para despertar al equipo y que recupere la buena forma, su permanencia en el cargo puede resultar tan corta como exitosa.