El entorno es muy incierto, el ciclo expansivo está en su última fase y, prácticamente, el único activo que ofrecerá en un futuro próximo rentabilidades atractivas será la bolsa. “Nuestras carteras están posicionadas en renta variable o en liquidez, aunque estamos siendo muy selectivos con las acciones que compramos”, reconoce José María Ortega, director general de March Asset Management. Sus grandes apuestas en los parqués pasan por Estados Unidos: las tecnológicas, el consumo local y los bancos americanos, en contraposición a los europeos.
Según Beatriz Catalán, responsable de Gestión Activa de Ibercaja Gestión, la renta variable está en un “momento dulce” por tres factores: se avecina “una desaceleración, no una recesión”; los bancos centrales están en “modo ultraflexible” y el entorno de tipos es “muy bajo”. Entre sus acciones favoritas, están las que tienen que ver con temáticas de largo plazo, como el envejecimiento poblacional, el consumo tecnológico o el cuidado del medio ambiente.