Por Richard Martin
MADRID (Reuters) - El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, ha roto los corazones del Atlético de Madrid y silenciado a los seguidores del Nápoles y del Barcelona, así que pocos se sorprenderían si fortalece aún más su reputación el sábado contra la Juventus en la final de la Liga de Campeones.
En equilibro entre el encanto de David Beckham y el espíritu guerrero del fallecido Juanito, el central es el líder espiritual del Real Madrid, una fuerza colosal que también es propenso a momentos de delirio.
Ramos ha amenazado con costarle a su equipo casi tanto como lo que les ha ahorrado. Tiene el récord de 22 tarjetas rojas en el Madrid, casi el doble que el siguiente en el ráking, Fernando Hierro.
Sin embargo, su registro de expulsiones no es escrutado durante mucho tiempo, debido a su hábito de sacar al Real Madrid de las peores situaciones.
Su ataque más famoso en el último momento fue empate en el minuto 93 de la final de la Liga de Campeones de 2014 contra el Atlético que llevó finalmente al triunfo del Madrid , mientras que Sevilla, el Barça, el Deportivo de La Coruña y el Betis han sido sus víctimas esta temporada.
"Los valores (del equipo) son la entrega, la lucha, hacer todo lo posible para ganar. (...) Tú puedes perder o ganar, pero este equipo lucha hasta el final. El capitán (Ramos) representa muy bien estos valores y es muy noble", dijo el entrenador del equipo, Zinedine Zidane.
CONFIANZA EN SÍ MISMO
La confianza en sí mismo de Ramos puede verse desde 2005, cuando firmó por un Real Madrid en el que jugaban Beckham, Luis Figo y Zidane, por 27 millones de euros, un récord por un jugador adolescente español, y dijo que quería ser capitán del club.
La sed de victoria de Ramos es insaciable, y en la final de la Liga de Campeones en Cardiff buscará lograr su decimoctavo título. También tendrá la oportunidad de convertirse en el primer jugador que ha marcado en tres finales de esa competición.