La prueba es irrefutable. Aunque la rentabilidad de sus fondos bandera es positiva, no han logrado batir al mercado. Además, la cartera internacional e ibérica están, respectivamente, un 12% y un 18% por debajo de sus máximos de mediados de 2018. Pero como ya hiciera Paramés el pasado verano en Cobas, Bernad pide paciencia a los inversores.
“Estamos absolutamente convencidos de que representan una oportunidad histórica, con un fuerte potencial de revalorización, y de que batiremos al mercado, que muy al contrario que nuestras carteras, nos parece que cotiza caro”, según el gestor español.