“Las valoraciones de los activos inmobiliarios, ya sean bienes inmuebles, capital privado, deuda privada o infraestructura, parecen altas por el momento, pero están respaldadas por un entorno de bajos tipos de interés”. Monier considera que “no parece que haya una burbuja en esta clase de activos alternativos porque los precios y los fundamentales no parecen estar desconectados”.
Lo cierto es que sus altas valoraciones les hacen “vulnerables” a cualquier cambio repentino de opinión o del entorno, pero también es verdad que “permanecen aisladas por su falta de liquidez”. En particular, defiende el director de Inversiones de Lombard Odier, “para los inversores idóneos en euros y en francos suizos, los bienes inmuebles siguen siendo una de las últimas clases de activos que ofrece una rentabilidad razonable con una volatilidad limitada”. No obstante, Monier no especifica en el mencionado documento en qué bienes concretos invertir ni si directamente o a través de un fondo o sociedad.