Hasta 2015, fuera de los fondos de inversión clásicos, los ‘hedge funds’ eran la opción alternativa favorita para los inversores, sobre todo entre los grandes institucionales. Buscaban en ellos propiedades como la concentración de las posiciones, el apalancamiento o la privacidad para intentar ganar más, a costa de pagar comisiones mucho más altas. Pero el revolcón de 2008 y el escándalo de Madoff supusieron un antes y un después para estos vehículos, que vieron como les salía un duro competidor: los fondos pasivos o indexados.
Noticia relacionada Stephanie Butcher, nueva directora de Inversiones de Invesco en su centro de Henley Gracias en parte a su bajo coste, en cinco años los ETF han abierto una brecha de 2,5 billones de dólares en activos bajo gestión frente a los ‘hedge funds’, y les han relegado a la tercera posición, según un estudio de Invesco, una de las mayores gestoras independientes del mundo. En 2015, los ETF -y los ETP, en general- gestionaban tres billones de dólares a nivel internacional, mientras que hoy su patrimonio está por encima de los 5,5 billones. Sin embargo, los ‘hedge funds’ apenas han rebasado el techo de los tres billones, donde siguen anclados.