Banco Popular espera a Saracho con la cotización en mínimos

Pero los nubarrones de pleitos cláusulas suelo, pago de notarios hasta impuestos y lo peor que será lo siguiente que se le ocurra al abogado de turno, los bancos no son el demonio son con los que tenemos que aprender a convivir de una forma recíproca ellos ganan nosotros ganamos. El banco lo más lógico en una situación financiera creciente es vender lo mínimo hacer cuentas y pedir prestado vía ampliación de capital bonos etc, para descontar las amplias expectativas vamos sanear y luego para cumplir con las nuevas normativas arrimarse a nuevos inversores vía unión fusión. Los peores nubarrones que afronta la sociedad Europea es la disgregación o más bien el miedo a la misma. Ablando por hablar si Francia hiciera un frexi por la salida de nuevos partidos, provocaría un quiebro en las deudas sobretodo en la griega y por lo tanto en los tenedores de deuda griega que parece ser los bancos Alemanes, lo que hay que evitar a toda consta o prepararse para ello, la solución por desgracia es hacer que ningún país se marche y para eso hay que ponerse duro muy duro con los que salen como si no pasase nada, por que sino sería el cuento del tocame y roque. En España después de muchísima incertidumbre política que nos hacía dudar de todo Rajoy a dejado claro quien manda y que este país saldrá para adelante cueste lo que cueste y todos hemos entendido el mensaje nos guste o no y si hubiera nuevas elecciones nadie le podría toser se haría más fuerte, esto hace que los bancos recuperen la confianza ante los inversores y los datos de mejora son los mejores casi del mundo. Los bancos ya suben los sueldos a los empleados por que son todavía reacios a contratar y eso que el volumen de negocio se ha disparado y necesitan personal, La inversión inmobiliaria motor de España y de los bancos al uso con sus créditos dan potencial mínimo a 4 años y se sacan miles de instrumentos financieros para recoger ese capital. Popular tiene que caer un poco más en bolsa no digo que repunte,para hacerse atractivo al inversor, pero no caigamos en el engaño de regalar instituciones tan sagradas por unas monedas al amiguete de turno