LONDRES (Reuters) - El primer ministro británico, David Cameron dirá este lunes que la nueva legislación para que las empresas sean responsables penalmente si los empleados ayudan a evadir impuestos se introducirá este año, en un intento de reparar el daño de una semana de interrogatorios sobre sus finanzas personales.
Cameron publicó sus declaraciones de impuestos el domingo para tratar de calmar las críticas por su gestión de los papeles filtrados de Panamá, en los que que se mencionaba a su difunto padre por la creación de un fondo en un paraíso fiscal.
Después de cuatro comunicados cuidadosamente redactados en cuatro días, Cameron cedió a la presión y admitió que se había beneficiado de la venta de su participación en el fondo de su padre en 2010. El primer ministro británico reconoció el sábado que había llevado mal la comunicación.
Cameron está dirigiendo los esfuerzos para persuadir a los votantes británicos que voten a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea en un referéndum el próximo 23 de junio para el que las encuestas auguran un resultado apretado, y el ruido sobre los papeles de Panamá ha aumentado la preocupación de que su campaña por el sí podría haberse visto dañada.
El primer ministro intentará recuperar la ventaja en su comparecencia de este lunes ante la Cámara de los Comunes.
"Este gobierno ha hecho más que cualquier otro para tomar medidas contra la corrupción en todas sus formas, pero iremos más allá", dirá Cameron según extractos de su discuso difundido por su oficina de Downing Street.
"Por eso vamos a legislar este año para que las empresas que no eviten que sus empleados faciliten la evasión fiscal sean penalmente responsables", dirá.
El plan ya había sido anunciado por el ministro de Finanzas, George Osborne, en marzo de 2015, pero antes el Ejecutivo se había comprometido a introducir la nueva normativa en 2020, dijo Downing Street.
Es poco probable que la decisión de acelerar esta medida en particular satisfaga a los numerosos críticos de Cameron en los partidos de oposición y en algunos grupos que dicen que Reino Unido ya tiene las herramientas necesarias para combatir la evasión de impuestos, pero que le falta voluntad.
El gobierno no está de acuerdo con esto y asegura que ha traído más de 2.000 millones de libras de evasores en paraísos fiscales desde 2010 y que ha creado un registro con información de empresas y beneficiarios que será público en junio de este año.
El escándalo de sus propias finanzas ha llegado en un mal momento para Cameron, que será el anfitrión de una cumbre mundial anticorrupción en Londres el 12 de mayo.
El primer ministor también ha estado luchando con profundas divisiones en su partido conservador sobre la pertenencia a la UE y su gobierno se ha visto abochornado por la renuncia de un ministro, un giro radical en los recortes sociales y una crisis de la industria siderúrgica británica que no ha podido resolver.