Imane Rachidi
Sharm el Sheij (Egipto), 15 mar (EFE).- Los miles de millones de dólares ofrecidos por los países del Golfo a Egipto durante la cumbre económica que concluye hoy en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, demuestran, una vez más, su apoyo inquebrantable al presidente Abdelfatah al Sisi.
Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos Árabes han puesto sobre la mesa 4.000 millones de dólares cada uno para ayudar a Egipto a levantar cabeza, después de cuatro años de inestabilidad política y económica, lo que también aumenta la dependencia económica egipcia a los países árabes del Golfo Pérsico.
A este dinero se añaden las promesas de inversión de otros 100.000 millones, realizadas por otros países durante los tres días que ha durado el Congreso Económico.
A este apoyo árabe se suman otros 23.000 millones que ya han ofrecido estos países desde el golpe militar que derrocó a Mohamed Mursi en julio de 2013.
El "rol emiratí" como uno de los socios claves de Egipto empezó a finales de 2013, explica a Efe el director de la sala de operaciones del grupo emiratí "Proyectos de Inversión en Egipto", Yusef Bazli.
Están construyendo 50.000 viviendas recogidas en 2.500 edificios, y repartidas por 25 provincias egipcias, así como 100 colegios, programas de formación, almacenamiento de medicinas, fábricas de insulina, y saneamiento de 151 aldeas egipcias. Todo esto está ya en el 90 %, según el emiratí.
"Son proyectos que afectan directamente al pueblo egipcio, a quien queremos ayudar", celebra Bazli, quien también hace hincapié en que hay que aprovechar las oportunidades de inversión en Egipto, porque "es un mercado muy prometedor".
En suelo egipcio operan unas 560 empresas emiratíes, que trabajan en diferentes campos: agricultura, vivienda, infraestructuras, petróleo y minería.
La analista política y económica del grupo emiratí, Alia Maamari, explica que el país tiene "una gran confianza" en la economía egipcia, así como en su fuerte presencia, tanto a nivel político como geográfico en la región.
Por eso, advirtió de que Emiratos seguirá trabajando "mano a mano" con el gobierno egipcio, y celebró que los proyectos financiados por Abu Dabi tengan "efectos directos y rápidos" sobre el pueblo de este país.
En el caso de las cien escuelas, por ejemplo, indicó que ofrecen 900 oportunidades laborales en las 18 provincias donde se han construido, y ofrecerán servicio a 78.000 estudiantes, cubriendo de esta manera el 7 % de las necesidades educativas en las zonas pobres, añadió Maamari.
La gran monarquía del Golfo, Arabia Saudí, también ha sido uno de los grandes pilares de Egipto desde la llegada de Al Sisi a la presidencia en junio de 2014.
Para Ali Barman al Yami, inversor y empresario, este congreso es un "símbolo de victoria". Al Yami considera que hay "una base y unos empresarios que ven alicientes" para invertir en Egipto en cualquier campo.
"Espero que haya leyes que nos protejan, en mi caso en el campo de la agricultura y la industria", dijo a Efe este hombre de negocios saudí.
Por su parte, el director ejecutivo de la empresa saudí Bahra Cables, Talal al Idris, explicó a Efe que acudió a este congreso para "conocer el entusiasmo del mundo en apoyar Egipto, a pesar de las circunstancias políticas regionales".
Para él, el apoyo de Riad, Abu Dabi y Kuwait "anima a la gente a pensar que hay un final a la crisis" y "abre una nueva página" en Egipto después de cuatro años de inestabilidad.
"Existen las condiciones para invertir, aunque hay que seguir trabajando después del congreso porque las leyes de inversión necesitan muchas mejoras y Egipto debe relajar su burocracia para ayudar a los empresarios", resumió Al Idris.
Este empresario es partidario de más movilización árabe. "No necesitamos que vengan otros a decirnos lo que tenemos que hacer, hablamos la misma lengua, debemos hablar el mismo idioma y apostar por los mismos intereses", subrayó.