Lisboa, 10 jul (EFE).- El Espirito Santo Financial (LISBON:ESF) suspendió hoy su cotización en Bolsa debido a las "dificultades" que atraviesa su principal accionista, Espírito Santo International, en el que una auditoría reciente detectó irregularidades contables.
En un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores (CMVM) portuguesa, la entidad precisó que esta decisión fue tomada por la propia compañía y afecta tanto a sus títulos en el selectivo lisboeta como a sus acciones en la Bolsa de Luxemburgo.
ESFG forma parte de la rama financiera del Grupo Espírito Santo y es, a su vez, el principal accionista del Banco Espirito Santo (LISBON:BES), el mayor banco de Portugal a nivel de activos.
Detrás de todos ellos se encuentra la familia del mismo nombre, una de las más ricas, poderosas e influyentes del país.
El precio de ESFG en el parqué lisboeta acumula una caída superior al 50 % en apenas un mes, y hoy mismo durante la primera hora de sesión bursátil -poco antes de dejar de cotizar- ya reculaba un 16 % respecto al cierre de ayer.
Además de las "dificultades materiales" que atraviesa Espírito Santo Internacional, los responsables del ESFG también reconocieron la "exposición a esta compañía" como motivo para optar por la suspensión.
Los analistas relacionan el hundimiento de sus acciones de hoy con el recorte de su calificación anunciado ayer por la agencia Moody's, que rebajó tres niveles su nota hasta "Caa2", uno de sus indicadores más bajos, colocado para inversiones "extremadamente especulativas".
Desde que una auditoría descubriese irregularidades contables en el seno del grupo Espírito Santo, a finales del pasado mes de mayo, el propio banco BES se encuentra sometido a una intensa presión.
De hecho, la tensión entre las diferentes facciones del clan han salido a la luz pública y el presidente de la entidad, Ricardo Salgado, anunció que dejará el cargo tras 22 años como máximo responsable del mismo.
El difícil momento por el que pasa el grupo ha afectado incluso a otras compañías como Portugal Telecom (PT), que compró pagarés de una de las filiales pertenecientes al Espírito Santo.
En este contexto, la Bolsa de Lisboa se ha instalado en el rojo y acumula fuertes pérdidas en las últimas semanas, alejándose cada vez más de la barrera de los 7.000 puntos.