Virginia Hebrero
Ginebra, 19 ago (EFE).- El Gobierno suizo respiró hoy aliviado
ante la firma del acuerdo extrajudicial que termina de forma
satisfactoria con el litigio abierto entre el primer banco
helvético, UBS, y el fisco de EEUU, que acusaba a la entidad de
haber ayudado a defraudar a miles de clientes estadounidenses.
"Este acuerdo es una buena solución e incluso la única posible",
aseguró la ministra de Justicia, Evelyne Widmer-Schlumpf, tras
conocerse que, según lo acordado, UBS deberá transmitir a la
autoridad fiscal estadounidense (IRS, Servicio de Impuestos
Internos) los datos de 4.450 cuentas de clientes de ese país en un
plazo máximo de un año.
Ello está muy lejos de los 52.000 nombres cuya información
bancaria el Gobierno estadounidense reclamaba a UBS por
presuntamente haber evadido impuestos mediante las cuentas secretas.
Por ello, y porque el principal banco helvético -que el pasado
año tuvo que ser rescatado por Berna y por el Banco Nacional Suizo-
se ha librado de una multa millonaria, Suiza considera que el
acuerdo es satisfactorio, pues es conforme a la legislación suiza
sobre el secreto bancario y preserva la estabilidad de la plaza
financiera.
El pacto extrajudicial había sido alcanzado la semana pasada
después de arduas negociaciones durante semanas y tras un año de
conflicto, que amenazaba con convertirse en diplomático.
A cambio de entregar esos cerca de 5.000 nombres, EEUU renuncia a
adoptar medidas unilaterales para obtener las informaciones.
El acuerdo, firmado en Washington, ha entrado en vigor
inmediatamente, según comunicaron las autoridades suizas.
Según lo anunciado hoy, Washington retira inmediatamente la
petición de ejecución que estaba en suspenso ante el tribunal
competente de Miami en el marco del proceso contra UBS, y se
compromete a no abrir nuevos procesos.
Pero durante un tiempo, y para evitar que prescriba la acción
penal en materia fiscal, el procedimiento civil en Estados Unidos
quedará pendiente, y su retirada definitiva se hará por etapas.
La autoridad fiscal norteamericana transmitirá, en base a la
convención de doble imposición existente, una nueva demanda apoyada
en "criterios bien precisos" para identificar los casos de fraude
fiscal.
Dichos criterios están estipulados en un anexo del acuerdo, que
sólo será publicado dentro de 90 días, a petición de Washington.
UBS, por su parte, informó de que "deberá enviar correos a los
clientes estadounidenses afectados por la convención (de doble
imposición entre los dos países) para animarles a que declaren
voluntariamente al IRS y para darles instrucciones sobre la
transmisión de la información y documentación referentes a sus
cuentas".
Para Kaspar Villiger, presidente del banco, "este acuerdo
contribuye a resolver uno de los problemas más urgentes de UBS.
Tengo la convicción de que permitirá al banco ir adelante para
restablecer su reputación gracias a su sólida actuación y a su
servicio al cliente".
La Asociación Suiza de Banqueros también se declaró hoy
satisfecha con el acuerdo, que "es plenamente conforme con el
derecho suizo en vigor".
Los problemas de UBS con EEUU comenzaron hace más de un año,
cuando un cuadro del banco reconoció ante la justicia haber ayudado
a clientes a defraudar al fisco.
En febrero de este año, Washington denunció a UBS ante un
tribunal de Miami para reclamar los nombres de 52.000 clientes.
Poco después, y debido a las presiones, el Gobierno helvético
anunció que aplicaría los criterios de la OCDE en materia fiscal, lo
que significa flexibilizar el secreto bancario, aunque no de forma
general, sino mediante la renegociación de más de una decena de
convenios de doble imposición.
Precisamente hoy, tras conocerse el acuerdo con EEUU, Berna
anunció que ha dado luz verde para firmar las seis primeras
convenciones revisadas de doble imposición que flexibilizan el
secreto bancario.
Los países afectados son Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Francia,
Reino Unido y México, pero el contenido de los acuerdos aún no se
conoce.
En los últimos meses, Suiza ya ha firmado declaraciones de
intenciones en el mismo sentido con otros siete países, entre ellos
EEUU. EFE