Argel, 25 sep (.).- El primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia, garantizó hoy que el dinar no va a desplomarse y denunció las maniobras de los cambistas que han disparado su cotización en el mercado negro.
En un discurso durante la presentación de su programa de gobierno en el Senado, el jefe del Ejecutivo insistió en que las noticias sobre un descenso abrupto del valor del dinar frente a divisas como el euro y el dólar son simples rumores.
Según la tasa oficial de cambio de hoy, un euro equivale a 133,84 dinares, mientras que en el llamado "mercado paralelo" un euro se cambia a 201 dinares, es decir, en torno a un 60 por ciento más caro.
La amplia diferencia se debe, entre otras razones, a las políticas proteccionistas del gobierno argelino, un país donde la compra-venta de divisas está restringida por el gobierno, que por ejemplo solo permite cambiar 105 euros al año para las personas que van viajar al exterior.
En su intervención, Ouyahia volvió a insistir, además, en que el recurso a la "financiación no convencional" no ha sido una elección del gobierno si no "una imposición" a causa de la aguda crisis económica que padece el país
Esta medida, aprobada hace dos semanas, permite al Banco Central de Argelia financiar directamente al Tesoro Público, en un intento del Estado por no tener que acudir a los mercados internacionales de la deuda.
"No tenemos alternativa a la financiación no convencional, es una obligación, tenemos que aplicarla a partir de noviembre sino incluso estos diputados no tendrán sus salarios", reconoció.
"Además de los salarios, si no optáramos por esta decisión habría un parón brutal de la economía argelina", añadió
Al hilo de este argumento, Ouyahia admitió que varios proyectos en sectores estratégicos hubieron de ser congelados durante los últimos dos años, pero prometió regresar a la "normalidad" dentro de un año.
La crisis económica en Argelia se precipitó en 2014 a causa de la abrupta caída de los precios del petróleo y el gas, única riqueza explotada por un país sin apenas industria, eminentemente importador y en el que las energías fósiles suponen el 94 por ciento de sus exportaciones y el 60 por ciento de sus ingresos.