Madrid, 7 ene (.).- La huelga de los empleados del Servicio de Dirección de Plataforma (SDP) o movimientos en tierra de aviones del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas finaliza este domingo tras siete días de protesta con escaso seguimiento y la previsión de UGT de convocar más paros del sector en un futuro próximo.
El objetivo del sindicato convocante de la huelga es que los empleados de SDP tengan su propio convenio colectivo, además de garantizar la subrogación del servicio, como sucede con otros sectores del tráfico aéreo.
"Al no tener subrogación, cualquier cambio en las licencias de dotación del servicio -de dos años de duración- puede acarrear el empeoramiento de la situación de los trabajadores o su despido", ha explicado a EFE el responsable del sector aéreo de UGT, Chema Pérez.
Este escenario se traduce en que la empresa Skyway, que se adjudicó el servicio en 2022 con una propuesta un 15 % inferior a la empresa anterior y un 30 % al precio de salida, no esté capacitada para mantener las condiciones laborales anteriores, en palabras de la organización laboral.
Así, UGT ha puntualizado que los operadores de tierra son víctimas del progresivo deterioro de las condiciones laborales del sector, acelerado por la gestión de Skyway y un escenario económico marcado por la inflación.
Para solucionar dicha problemática, el sindicato Alternativa Sindical (ASAE) ha reclamado que se devuelva el ordenamiento de las operaciones en tierra al gestor de navegación aérea Enaire, que ostentó esta función hasta 2011, año en el que se produjo la huelga de controladores aéreos.
Poco seguimiento
La huelga ha contado con escaso seguimiento de los 32 empleados de Skyway, debido a que los servicios mínimos establecidos por el Ministerio de Transportes alcanzaban el 91 % de las operaciones.
De esta forma, el aeropuerto de la capital española no ha padecido grandes incidentes relacionados con el rodaje de los aviones en esta primera semana del año, una de las que más movimiento acumula en la red aeroportuaria.
La huelga del SDP ha coincidido con la de los empleados de la asistencia en tierra -también conocida como "handling"- de Iberia para conseguir que la compañía mantenga la realización de este servicio al menos a sus aviones, pese a perdiera las licitaciones para ello en la mayoría de los principales aeropuertos del país.
Esta protesta ha provocado la cancelación anticipada de más de 400 vuelos operados por Iberia y sus filiales, además de problemas con la carga de equipaje y retrasos.