Por Andrés González, Francesca Landini y Stefano Bernabei
MADRID/MILÁN/ROMA (Reuters) - La constructora española ACS (MC:ACS) y la concesionaria italiana Atlantia (MI:ATL) han entrado en conversaciones preliminares sobre Abertis (MC:ABE), dijeron ambos grupos a la CNMV, una operación que les permitiría repartirse los activos de la concesionaria y evitar entrar en una costosa guerra de ofertas que lastrara su capacidad financiera.
Según los hechos relevantes enviados a la CNMV confirmando informaciones en medios españoles, ambos grupos están negociando entre ellos después de presentar sendas ofertas por la concesionaria española al regulador.
La oferta de Atlantia, que valora Abertis en unos 16.500 millones de euros, está ya aprobada por la CNMV mientras que la de ACS, ejecutada a través de Hochtief (DE:HOTG), valora la concesionaria española en unos 18.000 millones de euros y está pendiente del visto bueno del regulador.
Ambas ofertas tienen un componente en efectivo y otro en acciones.
De llegarse a un acuerdo, los principales damnificados serían los accionistas de Abertis, que ya veían el jueves como las acciones del grupo caían un 3,5 por ciento a 18,66 euros por título.
En cambio, las acciones de Hochtief y ACS reaccionaban con fuerza al alza, subiendo un 7,26 por ciento y un 8,4 por ciento respectivamente, con el mercado valorando positivamente que un eventual acuerdo no tensaría tanto el endeudamiento de las compañías.
Atlantia, por su parte, subía un 4,5 por ciento en Milán.
El principal accionista de Abertis es Criteria, el holding de participaciones del grupo Caixa, con algo más de un 22 por ciento del capital. El diario Expansión dijo que Caixa participaba en las conversaciones entre ACS y Atlantia, aunque una fuente oficial de la compañía negó este extremo y dijo que ni les constaban las conversaciones ni participaban en ellas.
La operación corporativa sobre Abertis ha adquirido un marcado acento político después de que los ministerios de Fomento y Energía solicitaran sendos permisos a los compradores al considerar estratégicos algunos de los activos de la concesionaria española, como Hispasat.
MARGEN EN LA LEY DE OPAS
La ley de opas deja cierto margen a los oferentes para retirar sus ofertas, aunque siempre tendría que mantenerse la mejor de ellas. En este caso, ACS y Atlantia deberían llegar a un acuerdo privado para repartirse posteriormente los activos de la compañía.
La constructora no puede retirar su oferta y Atlantia sólo podría hacerlo después de que se apruebe la de Hochtief, según consta en la ley de opas española.
"Veremos cuál es la decisión final que se toma, sabiendo que la ley de OPAs no permite retirar una oferta una vez realizada, por lo que el suelo en la cotización de Abertis, en principio lo marca la oferta de Hochtief de 18,35 euros por acción", dijo Renta4 en una nota a clientes.
REPARTIRSE LOS ACTIVOS
El principal interrogante de un acuerdo, además de buscar un hueco en la ley de opas para ejecutarlo, sería el eventual reparto de los activos de Abertis. El grupo está presente en el negocio de autopistas de Francia, Brasil, España o Chile, además de tener participaciones significativas en compañías de otros sectores como Cellnex (MC:CLNX) o Hispasat.
Según una fuente conocedora de las negociaciones, ACS se quedaría con los activos españoles y algunos latinoamericanos, mientras que Atlantia estaría interesada en los activos italianos, franceses y también en parte de Latinoamérica.
Portavoces de Atlantia y ACS rehusaron hacer comentarios sobre esta información.
"(Quedan) importantes interrogantes por despejar como el esquema de reparto de activos que se quedaría cada parte (ya que un escenario en el que ACS se quedase únicamente con los activos españoles tampoco generaría la recurrencia de ingresos deseada debido a la baja duración de dichos activos) y las valoraciones a las que se realizaría dicho reparto", dijo Sabadell (MC:SABE) en una nota a clientes.
La mayoría de las concesiones españolas vencen a corto plazo sin que el Gobierno español haya dado señales de que vaya a relicitarlas para que las autopistas sigan bajo explotación privada.