Madrid, 24 mar (.).- La presidenta de la patronal de la banca española (AEB), Alejandra Kindelán, cree que las entidades nacionales están a salvo de padecer una crisis como la de Credit Suisse (SIX:CSGN) porque están mejor gestionadas, tienen un modelo de negocio "más seguro", unos balances más fuertes y una supervisión más estricta.
En una entrevista concedida a la revista de KPMG cuando falta poco para cumplir su primer año en el cargo, Kindelán también ha defendido al sector de las críticas recibidas estos últimos meses en aspectos tan controvertidos como los beneficios récord o la tardanza en remunerar los depósitos de sus clientes tras la subida de los tipos.
En cuanto a esto último, se ha mostrado convencida de que las entidades se irán adaptando "más adelante" a este nuevo entorno de tipos al alza (un 3,5 % en la eurozona) y ha recordado que el sector viene de una etapa de "exceso de liquidez, que sigue estando ahí".
Esto supone, aunque la AEB no lo dice explícitamente, que las entidades tienen suficientes recursos para funcionar y de momento no necesitan pagar a sus clientes por el ahorro para captar esos fondos, aunque lo acabarán haciendo cuando la competencia les obligue.
Kindelán también ha defendido que los bancos obtengan elevados beneficios, una de las razones del Gobierno para aplicarles el nuevo impuesto -que ya han recurrido ante los tribunales-, y ha insistido en que con esas ganancias las entidades pueden seguir dando créditos y financiando la economía, como hicieron durante la pandemia.
En cuanto al impuesto, con el que el Gobierno quiere recaudar 3.000 millones de euros, la presidenta de la AEB ha criticado "la improvisación" con que se ha hecho, "sin consulta pública", lo que provoca "mala calidad normativa".
Y todo esto, lamenta, "acompañado con un tono muy negativo", pues el Ejecutivo justifica la tasa con el argumento de que la banca está en contra de la sociedad y recuerda los rescates millonarios recibidos, pero no dice que las rescatadas fueron las antiguas entidades (cajas de ahorros), que cayeron por mala gestión y con "fuerte injerencia política".
"Y eso me parece una gran falacia", añade Kindelán, que recuerda que en esa crisis la banca contribuyó con 23.000 millones de euros al Fondo de Garantía de Depósitos y con más de 3.000 millones a la Sareb.