Madrid, 3 mar (.).- Las aerolíneas europeas se enfrentan a "un nuevo golpe a sus negocios" después de que la invasión rusa de Ucrania haya provocado un aumento del precio del combustible y la interrupción de rutas aéreas, justo cuando el tráfico estaba a punto de recuperarse de la pandemia, según la agencia de calificación crediticia Scope.
Este doble revés hace que la perspectiva crediticia del sector siga siendo negativa, ha explicado este jueves Scope en un comunicado.
Los precios del combustible, que han vuelto a niveles que no se veían desde 2014, superando los 100 dólares por barril, afectan especialmente a las aerolíneas que no disponen de una cobertura suficiente.
Normalmente, el combustible ha representado entre el 15 % y el 35 % de los costes de explotación de las aerolíneas en la última década, por lo que su precio ha sido durante mucho tiempo el factor determinante de la rentabilidad del sector.
A lo largo de los años, las compañías han cubierto sus gastos de combustible, comprando una determinada cantidad a precios predeterminados mediante 'swaps', futuros y opciones de compra, con un horizonte de uno a dos años.
Sin embargo, tras la pandemia, tuvieron que dejar sus aviones en tierra y los precios de los combustibles mostraron una gran volatilidad, por lo que se vieron obligadas a comprar queroseno que no necesitaban a precios superiores a los del mercado.
Esto llevó a algunas compañías a ajustar sus estrategias, con coberturas más trimestrales que anuales y un mayor uso de las opciones.
Los últimos datos muestran que las aerolíneas europeas tienen una proporción significativa de costes de combustible cubiertos a corto plazo, pero mucho menos para finales de este año y para 2023.
Algunas de ellas, como Wizz Air (LON:WIZZ) o Norwegian (OL:NAS), optaron por abandonar las coberturas, lo que las deja "potencialmente expuestas" a costes de combustible mucho más elevados, si los precios del petróleo no bajan pronto.
RUTAS AÉREAS MÁS LARGAS
Las zonas de exclusión aérea por la guerra crean problemas importantes a las compañías que dependen de los aeropuertos rusos y que utilizan su espacio aéreo, como la finlandesa Finnair (BS:FIA1Sh).
Las aerolíneas que se vean obligadas a elegir rutas más largas para evitar sobrevolar la enorme masa de tierra rusa también aumentarán el consumo de combustible.
Las aerolíneas europeas se enfrentan, asimismo, a otros retos como la reducción de las ayudas públicas de las que dependían en gran medida para afrontar la crisis del covid-19, mientras la inflación crece en muchos países, sobre todo en forma de tasas aeroportuarias más elevadas.
La compensación de estos retos es posible a través de mayores factores de ocupación, aviones más eficientes y una planificación detallada de los horarios de vuelo y de la cobertura de fuel en previsión de las futuras condiciones del mercado.
En cambio, a juicio de Scope, la opción más simple, que sería repercutir los costes a los pasajeros mediante el aumento del precio de los billetes, "parece la más difícil sin sacrificar la cuota de mercado".
El mercado aéreo europeo "sufre un persistente exceso de capacidad" en medio de las perspectivas de una recuperación económica más débil de lo previsto, debido al nivel de contagio de la variante ómicron en los últimos meses y ahora al estallido de la guerra en Ucrania.