París, 19 jul (.).- Las industrias electro-intensivas europeas están "amenazadas" por los altos precios de la energía, que han provocado una pérdida de competitividad, pero también por los paquetes de ayuda a esos sectores en los otros grandes bloques económicos, Estados Unidos, Japón y China, avisa la AIE.
En su informe sobre el mercado de la electricidad, publicado este miércoles, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que dos tercios de la caída de la demanda de la electricidad en Europa el pasado año (del 3,7 %) se debió a esas industrias, que necesitan grandes cantidades de energía para producir.
Para ilustrarlo, señala que, a causa de los precios de la energía, que se dispararon sobre todo desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero de 2022, la producción de aluminio se redujo un 12 %, la de acero un 10 %, la de papel un 6 % y la química un 5 %.
Europa pasó a convertirse en importador neto de productos químicos después de que grandes grupos como BASF (ETR:BASFN) u OCI disminuyeran su actividad en el Viejo Continente, y lo mismo ocurrió con los fertilizantes y los recortes de empresas como Yara (D:YAR) y Grupa Azoty.
El gigante siderúrgico ArcelorMittal (BME:MTS) paró algunas de sus plantas en Francia, Polonia, España y Alemania, y fabricantes de aluminio como Speria y Alro recortaron su producción ante los daños que sufrieron por la escalada de los precios de la electricidad.
Los autores del estudio hacen notar que las condiciones meteorológicas han tenido poco que ver en el nuevo bajón del 6 % de la demanda eléctrica en Europa en la primera mitad de 2023.
Y que la actividad de esas industrias electro-intensivas no ha experimentado una recuperación significativa pese a que los precios de la electricidad se han reducido.
El documento añade que esa caída es relativa: en el mercado mayorista han bajado a la mitad respecto a los récords de 2022, pero siguen siendo el doble de los que había en 2019, antes de que la covid-19 viniera a alterar el mercado.
La AIE insiste en "la competitividad de las industrias intensivas en energía está amenazada por los altos costos de la energía", pero también por los programas masivos de ayuda en Estados Unidos (Inflation Reduction Act), Japón (Green Transformation Act) y por los incentivos fiscales en China.
En esa situación, señala que la Unión Europea (UE) está en un momento crítico para decidir qué tipo de acción emprende para intentar salvar esos sectores y plantea varias opciones.
Una de ellas sería una ayuda mínima, que necesitaría un cambio hacia una economía de bienes de alto valor, pero también aumentaría su vulnerabilidad a las tensiones geopolíticas.
Otra consistiría en un amplio apoyo con subvenciones a los precios de la energía, que las tendrían que pagar otros consumidores.
Pero sobre todo, la agencia indica que la UE podría intensificar la descarbonización y las energías renovables para impulsar la industria pesada, y eso "estaría en consonancia con sus objetivos climáticos", aunque también implicaría "importantes costes iniciales".