Por James Oliphant
WASHINGTON, 11 ago (Reuters) - Meses después de que su campaña presidencial se derrumbara debido a las dudas sobre su identidad política, Kamala Harris encontró su voz de forma repentina y contundente, y en un momento inesperado.
Harris, una senadora estadounidense de 55 años de California, fue elegida por el candidato presidencial demócrata Joe Biden como su compañera de fórmula el martes, con lo que hace historia como la primera mujer negra y asiática en una lista presidencial con probabilidades.
Su selección fue una pequeña sorpresa. Con Estados Unidos en medio de un proceso de ajuste de cuentas por su historia de inequidad racial, Biden estaba cada vez más presionado para seleccionar una mujer negra. Harris, que se convirtió en la segunda afroamericana en la historia del Senado cuando fue elegida en 2016, siempre estuvo al tope de la lista.
Pero Harris hizo cualquier cosa menos mantener un perfil bajo mientras Biden se decidía. En vez de eso, emergió como una feroz defensora de la reforma policial y la justicia social: en las calles, en los medios, enfrentándose a los republicanos en el Senado y criticando duramente al presidente Donald Trump.
"Ha sido muy resuelta", dijo Marc Morial, presidente de la Liga Nacional Urbana, un grupo histórico de defensa de los derechos civiles y la justicia social, que ha trabajado con Harris en cuestiones de reformas.
Para Harris, ex fiscal general del estado de California, el momento proporcionó una claridad de objetivos que a menudo estuvo ausente en su fallida candidatura presidencial.
Tras un fuerte inicio, su campaña se hundió rápidamente en medio de piruetas de estrategia. Primero se posicionó como progresista en el molde de reformistas como los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, y luego trató de virar hacia el centro. Su posición en salud, por ejemplo, fue confusa. Se retiró en diciembre, antes de que se emitiera un solo voto en las contiendas de la nominación demócrata.
"Ella estaba tratando de jugar un poco al centro y tratando de ser todas las cosas para todas las personas", afirmó Joel Payne, un estratega demócrata que trabajó para la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016.
Ahora, Payne dijo, que "hay una voz un poco más definida. Hay más claridad sobre su persona pública".
GANANDO A LOS QUE DUDABAN
Sus antecedentes en el ámbito judicial se habían considerado una debilidad en los primeros momentos de la carrera por la candidatura del partido. Sin embargo, su labor en los últimos tiempos impresionó a algunos escépticos del pasado que dijeron que no había hecho lo suficiente para investigar los tiroteos de la policía y que con demasiada frecuencia se puso del lado de los fiscales en casos de condenas injustas.
En los días posteriores a la muerte de George Floyd a manos de la policía en Mineápolis, en mayo, que desencadenó un debate nacional sobre la raza, Harris se unió a los manifestantes en las calles de Washington.
En el Capitolio, junto con el senador Cory Booker, un afroamericano que también buscó una candidatura a la presidencia, se convirtió en el motor del esfuerzo demócrata para luchar contra los abusos policiales y lideró la batalla contra un proyecto republicano de reforma policial que calificó como "un saludo a la galería".
Sus esfuerzos recibieron un importante reconocimiento a principios de agosto cuando Ben Crump, el abogado de la familia de Floyd, publicó un artículo de opinión apoyándola.
"El asunto para mí es simple: Ella ha sido un agente de cambio en todos los niveles de gobierno -local, estatal y federal- durante 30 años", escribió Crump mientras la búsqueda de la compañera de fórmula de Biden entraba en la etapa final.
Lara Bazelon, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Francisco, que el año pasado atacó el historial de Harris como fiscal y procuradora general, dijo que Harris ha hecho un "importante cambio" en la justicia penal. Ahora espera que Harris se convierta en una asesora líder de Biden en este asunto.
"Ella recibió un buen y duro empujón hacia la izquierda. Realmente, espero que ella aproveche ese momento y resista el impulso de ir a la deriva hacia la seguridad y el centro", dijo Bazelon.
APOYO
Mientras abogaba públicamente por la justicia social, Harris también trabajaba para reforzar su relación con Biden. Los dos habían sido amigos por mucho tiempo debido a la cercanía de Harris con el difunto hijo de Biden, Beau Biden, quien sirvió como fiscal general de Delaware y trabajó con Harris cuando ella ocupaba el mismo cargo en su estado.
Pero la relación de Harris con Biden fue puesta a prueba el año pasado cuando en un debate demócrata ella lo criticó por la posición que había tenido mucho antes sobre la obligatoriedad del transporte para los estudiantes de las escuelas públicas. La esposa de Biden, Jill, dijo más tarde que vio el ataque como un "golpe bajo", mientras que algunos asesores de Biden lo consideraron oportunista.
Desde que ella lo apoyó en marzo, Harris se ha convertido en una ferviente defensora de su candidatura y en una eficaz recaudadora de fondos. Biden dijo a periodistas en agosto que había dejado atrás el debate. "No guardo rencor", dijo.
Aún así, Harris tuvo que sobrevivir a una campaña de último minuto contra su elección, una que incluyó a aliados cercanos de Biden, preocupados por su perfil demasiado ambicioso.
(Información de James Oliphant, Editado en español por Javier López de Lérida)