Investing.com - Tras la reciente Conferencia Automovilística Europea de JPMorgan (NYSE:JPM) en Londres, los analistas dirigidos por Ryan Brinkman provocaron un acalorado debate sobre el futuro de Tesla (NASDAQ:TSLA). En la conversación con Travis Axelrod, director de relaciones con Inversores de Tesla, surgió un tema controvertido: los polémicos RoboTaxis. La discusión suscitó preguntas acuciantes: ¿Es la arriesgada tecnología de Tesla un avance revolucionario o una inminente pesadilla financiera? Los analistas se muestran escépticos y dudan de si la audaz visión de Elon Musk traerá realmente los cambios revolucionarios prometidos o si podría acabar en un costoso fracaso.
Promesas y realidad
Tesla afirma que su próxima oleada de crecimiento se verá impulsada por modelos de menor coste, que se espera lleguen al mercado en 2025. Todo parce indicar que estos modelos utilizarán plataformas y líneas de montaje ya existentes, lo que reducirá menos los costes a corto plazo pero permitirá un importante ahorro de capital. Pero aquí es donde empieza la polémica: Los analistas se preguntan si la visión de Tesla de un futuro totalmente autónomo es realmente realista.
Según Axelrod, Tesla cree firmemente en la superioridad de su enfoque puramente basado en la visión para los coches de conducción autónoma. Se dice que este enfoque es la forma más rentable y escalable de avanzar. Tesla planea integrar los vehículos de los clientes en una red pública de RoboTaxi y complementarla con un vehículo RoboTaxi específico que ofrecerá ventajas de coste y utilidad frente a los vehículos convencionales. Pero Brinkman subraya: "La clave es que no creemos que estos taxis generen ingresos significativos de cara a los próximos años".
Tecnología y seguridad: un juego arriesgado
La oferta de conducción autónoma completa (FSD) de Tesla está clasificada actualmente como un sistema de nivel 2, que requiere una estrecha supervisión por parte del conductor. Sin embargo, la empresa espera desarrollar este sistema hasta convertirlo en un sistema de Nivel 5 totalmente sin supervisión mediante una actualización de software. Aquí es donde entra la polémica comparación: Tesla argumenta que el FSD funciona de forma similar a la conducción humana: con "dos cámaras en la parte frontal de la cabeza" y “una red neuronal" en el cerebro. Sin embargo, los críticos lo ven como algo peligroso. Mientras que competidores como Waymo y Cruise se basan en sensores redundantes como LiDAR, radar y ultrasonido para garantizar la seguridad y la autorización, Tesla está poniendo todos los huevos en una sola cesta: la detección visual.
Previsiones económicas: ¿esperanza o arrogancia?
Tesla planea reducir los costes de fabricación de un RoboTaxi a tan solo 20.000 dólares por vehículo, lo que representaría una importante ventaja competitiva. El ahorro se basa, entre otras cosas, en prescindir de todo lo necesario para mover un vehículo de la forma convencional. El RoboTaxi no tendrá mandos como volante, pedales de acelerador y freno, limpiaparabrisas, etc. Además, el vehículo estará especialmente optimizado para el tráfico urbano. Las velocidades más bajas repercuten directamente en la batería, el motor y la transmisión instalados. Sin embargo, esto sólo será posible si se implanta con éxito la nueva plataforma Next (LON:NXT) Generation, que, según los analistas, no estará lista para el mercado hasta dentro de unos años.
La reacción de los inversores a los anuncios de Tesla ha sido realmente buena hasta ahora, como demuestra la subida del 15,3% de la cotización de sus acciones el 29 de abril, cuando China permitió pruebas limitadas del FSD. Pero esta euforia podría ser engañosa. Brinkman y su equipo advierten de que el plazo en el que Tesla puede obtener ingresos significativos de las operaciones de RoboTaxi está más lejos en el futuro de lo que espera el mercado. Sospechan que Tesla presentará un concepto de RoboTaxi y posiblemente una aplicación asociada el 8 de agosto, pero es poco probable que obtenga ingresos significativos en los próximos años.
Conclusión: una apuesta arriesgada
La visión de Tesla de una revolucionaria red de RoboTaxi podría cambiar radicalmente la movilidad del futuro. Pero el camino hacia esta meta está plagado de riesgos e incertidumbres. La competencia confía en tecnologías de seguridad probadas, mientras que Tesla persigue un enfoque radicalmente distinto y potencialmente arriesgado. Está por ver si Elon Musk y su equipo pueden ganar esta apuesta. Hasta entonces, el sueño del RoboTaxi sigue siendo una visión tan grandiosa como peligrosa.
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